Premio Nacional de Literatura 2025: el magallánico Ramón Díaz Eterovic

Por Rosabetty Muñoz
Este lunes 22 de septiembre fue anunciado el Premio Nacional de Literatura en su nueva / recuperada tradición anual y pudimos celebrar con el compañero abandónico Marcelo Mellado – de paso por Ancud – el merecido reconocimiento a un sureño extremo: Ramón Díaz Eterovic.
Hay una larga historia de encuentros y amistad con este brillante escritor siempre ligado a su territorio de origen. Como sabemos, se fue de punta Arenas a Santiago como muchos jóvenes obligados a dejar su paisaje, su mundo, sus costumbres, sus afectos, en pos de una formación universitaria. Vivió intensamente los años de la dictadura, apasionado por la poesía y su difusión. Creó la revista La Gota Pura (nombre de un bar) que fijó en papel la mayoría de las voces que emergieron en ese tiempo y que aún se mantienen como reserva poética de esos y estos años. El mismo Ramón escribe poesía hasta hoy, sin embargo, su saga que tiene como protagonista al detective Heredia es la que lo ha hecho conocido y leído en todo Chile y en muchos países extranjeros. Traducidos a varios idiomas, la extrañeza de las palabras, se objetivan en portadas que ni el mismo autor entiende cuando están en croata, o en griego.
Ramón Díaz Eterovic estuvo en Ancud en el contexto del proyecto Conversaciones con Notables de las Letras, financiado por el Fondo Nacional del Libro y la Lectura en su convocatoria 2012. Como cada edición, dos estudiantes del Liceo Domingo Espiñeira Riesco se prepararon para entrevistarlo: leyeron sus obras y buscaron información sobre él en todos los medios a su alcance. Esta vez, conversaron con él Constanza Ampuero y Daniela Soto Galindo frente a poco más de cincuenta jóvenes integrantes del taller Literario del Liceo además de una delegación de diez jóvenes del Liceo Manuel Jesús Andrade de Chonchi. En cuarenta y cinco minutos de conversación, escuchamos detalles de cómo se gestó su trabajo en revistas, cómo y por qué se sintió atraído por la narrativa. Tal vez lo más interesante de su planteamiento acerca de la escritura es cómo sus novelas buscan rescatar la memoria histórica, Heredia investiga asuntos que generalmente hurgan en los residuos de los aparatos de represión, en varias de sus novelas se ventilan antiguas prácticas de corrupción que involucran a ex agentes de seguridad del régimen militar; pero tal vez lo más inquietante de este detective solitario y descreído, sea su apego a la ciudad de Santiago y la forma en que la camina, recorre, ama viendo su paulatina desaparición. Así como los habitantes de Macondo en Cien Años de Soledad que se levantaban cada mañana a conocer su pueblo cuando llegó la compañía bananera; Díaz Eterovic describe minuciosamente barrios, bares, edificios que no estarán en las siguientes novelas. Habla de un Santiago que va desapareciendo a medida que “progresa”, no se sorprende con el desmoronamiento de la arquitectura tradicional, apenas esboza una sonrisa amarga, pero se preocupa por dejar vivos en la palabra cada cruce, ventanas, portales, personajes en desaparición. Así, en dos planos, se dedica a mantener viva la memoria: en lo material, dejando plasmadas las huellas de una ciudad que muere mientras nace otra entregada a los avatares del mercado; en lo histórico, poniendo al alcance de un grupo amplio de lectores, historias que, aparentemente son de entretención y que, sin embargo, rebuscan en el pasado reciente las razones de lo que somos hoy; los males que aún arrastramos, las culpas que no se han asumido.
Comenzó su labor novelística en la década de los ochenta, transformándose con el tiempo en el principal escritor de historias policiales de Chile. Las aventuras del detective Heredia son una muestra de la maestría que Díaz Eterovic ha alcanzado en este género. LOM Ediciones ha editado la saga completa de Heredia, también en 2009 publicó la antología del cuento policial en Chile Letras rojas. Ese mismo año LOM publica el documental El rostro oculto en las palabras (DVD), que muestra el proceso creativo del autor, y en 2011, Heredia detective, novela gráfica en cuya trama Heredia (el personaje) y Díaz Eterovic (el autor) se encuentran y viven una nueva aventura. A través de esta novela infantil, el autor inicia un nuevo desafío: mostrarles a los niños y niñas el apasionante mundo del género policial a través de las experiencias que viven R (Roldán) y M (Mercedes), dos pequeños investigadores con quienes viviremos momentos inolvidables.
También en Chiloé el año 2015, ganó el premio nacional de narrativa Francisco Coloane, en su segunda versión con la novela «La música de la soledad», premiada por su particular y notable narrativa neopolicial – una novela negra – capaz de vincular hechos criminales con la realidad socioambiental y empresarial de Cuenca, un pequeño pueblo ficticio y contaminado al norte de Santiago, como consecuencia del anómalo funcionamiento de una empresa cuprífera. Un pueblo que puede existir y multiplicarse en cualquier lugar del mundo. Además, por su rico retrato del entorno urbano capitalino y los personajes que con él se relacionan. La obra incorpora referentes literarios de valor universal.
Con profunda alegría por este gesto de reconocimiento a su obra, quiero recordar dos poemas suyos.
ACERCA DEL SILENCIO
Lo único auténtico es el silencio.
Lo demás: bulla,
grito histérico,
ladrido de perro,
farándula,
pirueta de payaso.
El silencio
y todo lo que en él resuena.
CÁRDENAS
Algunas tardes vuelvo a la cantina
donde embriagaba su sonrisa provinciana.
Sus poemas saltan a mi memoria,
como huidizos y lejanos copos de nieve.
Recuerdo las calles
que recorrimos
mientras el viento
-aquel del sur y en el corazón –
nos decía
que éramos tan frágiles
como los rayos del sol
en el amanecer magallánico.
Algunas tardes
su nombre asoma en el vino que bebo.
Y es como una llama
que ilumina el camino,
ahora
que estoy solo
y los amigos se han ido
sin anunciar la fecha del regreso.

El Guardián del Mito: Rosabetty Muñoz