La contaminación medioambiental del aire hace años se considera una de las principales preocupaciones de la población, especialmente en la macrozona sur del país, pero la objetivación de los datos, de acuerdo a un estudio presentado por la Universidad San Sebastian, muestra una preocupante cifra de 4 mil 800 casos de mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares asociadas al Mp 2.5 (material particulado). Esto claramente grafica un costo social que, a esta situación, le entrega una condición de urgencia.
De hecho, en ciudades como Osorno la realidad es crítica, considerando que ya se aplica un plan de descontaminación ambiental. El mismo estudio la sitúa como la comuna donde el impacto económico por contaminación del aire es de alto impacto, asociado a un costo económico estimado de más de 100 millones de dólares por causa de la contaminación.
En paralelo, ciudades como Curaco de Vélez, Cochamo y Lago Verde presentan los mayores costos de la contaminación per cápita, que fluctúan entre los US$ 730 y US$ 980 por persona al año, mientras que a nivel nacional el costo económico per cápita es de US$ 250.
A pesar de este escenario, estamos a tiempo para comenzar a preparar estrategias que nos lleven a tomar más y mejores medidas para el invierno del próximo año, las que claramente debiesen apuntar hacia el uso correcto de la leña, incorporando instancias de educación sobre el uso correcto de este “combustible”, medidas correctas de almacenaje y facilitando la compra de leña de buena calidad, quizás por medio de subsidios tanto al productor como al consumidor.
De la misma forma, Planes de Descontaminación Ambiental deben continuar fortaleciéndose, incentivando adicionalmente el recambio de calefactores y promoviendo el aislamiento térmico de las viviendas, disminuyendo y controlando fuentes fijas y haciendo de los edificios, especialmente aquellos de administración pública, espacios con baja producción de material particulado. De esta forma, y con el esfuerzo de todos, en el mediano plazo, podamos exhibir cifras, al menos, más alentadores, que un costo per cápita de US$ 360, siendo el mas alto del país, estando US$ 100 por sobre el promedio nacional.
Además, debemos seguir avanzado en crecer en estaciones de monitoreo, ya que sólo un 16% del nacional cuenta con ellas, para luego, con datos objetivos, poder avanzar en disminuir el 56% de estaciones con valores sobre el promedio establecido, porque más allá del costo económico, el costo en la salud de las personas es invaluable.