
La última semana de abril se celebra la semana de acción mundial por la Educación, cuyo objetivo central es relevar la importancia de lograr cambios y hacer efectivo el derecho a la educación en todo el mundo, y a su vez promover y defender la educación como un derecho humano básico.
Bajo este contexto, es importante poner la mirada en lo que está pasando en nuestro país, entendiendo que uno de los grandes desafíos de la educación es bajar las tasas de ausentismo escolar que se presentaron en la pandemia.
El año pasado, el Centro de Estudios Mineduc comparó la asistencia de los estudiantes en el año 2019 con la del 2022, que significó el retorno a la presencialidad. Los resultados evidenciaron que la inasistencia grave aumentó de un 20% a un 39%.
Esto significa que alrededor de 1.254.000 estudiantes tuvieron una asistencia menor al 85%. De dicho total, un 10% posee una asistencia menor al 50% (148.000 estudiantes). Lo anterior afecta prácticamente a todas las regiones del país. Por lo mismo, el gobierno ha generado distintos programas que apuntan a la retención escolar.
No podemos hablar de este tema sin preguntarnos ¿qué ha ocurrido en Educación especial? Pues entendemos que los porcentajes de los cuales hablan los estudios apuntan a la Educación regular, pero qué ha sucedido con los estudiantes que deben acceder a la Educación especial, qué ha ocurrido con el ausentismo escolar en las escuelas especiales.
Creo que esta semana es fundamental también generar conciencia de lo importante que es que todos los estudiantes vuelvan al colegio. Es necesario señalar que todos los planes, políticas y protocolos para fortalecer el retorno a las aulas de nuestro país no debe estar centrado exclusivamente en las aulas regulares, pues lo declarado en Dakar 1999 en el Foro Mundial de Educación sigue teniendo la misma validez que hace 23 años: “La educación es un derecho humano básico”. Pues nuestros estudiantes de Escuelas Especiales requieren volver al colegio con urgencia. Necesitan estar con sus pares, retomar sus rutinas; el apoyo interdisciplinario es fundamental para su desarrollo y calidad de vida.
Debemos como sociedad, tomar conciencia de que tenemos una deuda con un segmento de nuestra sociedad que no siempre se visualiza en las estadísticas ni en los estudios y, lo más importante, pocas veces son considerados en las políticas públicas.