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Isla Aucar: los desafíos que vienen tras la declaratoria de Zona Típica

Desde las organizaciones que impulsaron la declaratoria coinciden en que ahora se enfrentan a importantes desafíos de conservación, como la erosión y el manejo del turismo, que deben ser abordados para proteger su patrimonio natural y cultural. Se deben trabajar planes de gestión para equilibrar el alto número de visitantes con la preservación del entorno.

Tras siete años de tramitación, finalmente este miércoles el Consejo de Monumentos Nacionales aprobó la declaratoria de Monumento Nacional, en la categoría de Zona Típica, a la Isla Aucar.

Esta nueva condición patrimonial fue gestionada desde las instituciones y organizaciones comunitarias ligadas a este espacio, que congrega la belleza natural, religión y, en los últimos años, el turismo.

No obstante, el declarado monumento nacional tiene por resolver una serie de problemas que hoy la afectan. Lo más urgente es detener los socavones que se han presentado en ciertos sectores de la islita, razón por lo que estuvo restringido el turismo. También, se debe gestionar el creciente aumento de miles de visitantes sin que esto siga causando un impacto negativo.

DESAFIOS DE CONSERVACION

Junto con expresar su alegría por la declaratoria que pone a este espacio natural y cultural en un nuevo estatus patrimonial, José Paillaleve, presidente del Conjunto Folclórico Aucar, entidad que tiene la administración de la isla, apuntó que ahora el desafío es grande. Esto en relación con la conservación, siendo una de las principales preocupaciones el desmoronamiento de las laderas de la islita producto de la erosión de las mareas.

Se está perdiendo mucha cantidad de superficie de la isla, para eso ya se está haciendo un proyecto con la Municipalidad de Quemchi, para poder hacer un enrocado en esa zona, pero no solamente en ese lugar, ojalá enrocar la isla completa, para que no se siga deteriorando. Lo que ocurrió con la declaratoria nos tiene muy contentos como agrupación folclórica, como comunidad. Es un paso importante para darle la relevancia que corresponde a esta isla por todo lo que su entorno tiene: religión, cultura y medioambiental

dijo.

Paillaleve indicó que la declaratoria significará un aumento de visitantes, que ya era alto, especialmente en época estival. Ahora, dijo, se debe comenzar a delinear cómo equilibrar el impacto de miles de personas que visitan año a año la islita con la conservación del nuevo monumento nacional que ya presenta deterioro.

Estamos muy interesados en conversar con las entidades que correspondan para ver la forma en que se van a abordar estos temas. Hace un buen tiempo que estamos asustados por la cantidad de gente que llega a la isla sin haberla declarado patrimonio nacional. Con eso también se deteriora la isla. Ha sido tema de conversación con algunas entidades, de turismo especialmente, para ver la forma de regular eso. La verdad es que es muy complejo. En la isla no cobramos por el ingreso, entonces, puede que, tal vez, de esa forma se puedan juntar recursos para ir conservando en mejor estado la isla”, señaló.

En este contexto, el padre Carlos Cárdenas, representante de la Diócesis de Ancud en el proceso, manifestó su alegría por la declaratoria y destacó que hay que trabajar en lo que viene para el Monumento Nacional. En este contexto, reconoció el trabajo realizado por las organizaciones involucradas a cargo de este espacio y la comunidad, pero reconoció que se debe fortalecer el cuidado.

“Ahí se conjugan dos patrimonios. Lo tangible y lo intangible. Es en esto último que entra toda la parte religiosa, la parte sagrada de estos espacios. Allí hay una iglesia que tiene un cementerio al lado, la gente de la comunidad hace sus ritos religiosos, entonces, también es importante cuidar eso. Si bien la isla está abierta a recibir visitantes por su belleza, pero también desde el respeto, el cuidado y la preservación de estos espacios. Hay un Parque Botánico que la gente tiene que cuidar en la época de verano. Por supuesto que nos tenemos que poner de acuerdo con el municipio, con las autoridades regionales y provinciales, para ir viendo cómo la cuidamos, la protegemos y también controlando este flujo de personas que visitarán la isla”, señaló.

GESTION DEL TURISMO

Desde la Asociación de Turismo Cultural Sustentable de Aucar, destacaron la declaratoria como instancia de protección de estos espacios. Isabel Alarcón, presidenta de la entidad, señaló que cada año la islita es visitada por cerca de 60 mil personas.

“Vamos a crear una hoja de ruta, junto a las demás organizaciones y asociaciones, porque la idea es trabajar en conjunto porque es algo que le pertenece a la comuna de Quemchi. Como tal, toda la comunidad debe estar involucrada en proteger este lugar, con una gestión sustentable para que permita sobrevivir a todo lo que significa un alto tráfico de turismo durante todo el año, así como también a la erosión y al cambio climático”, dijo.

Agregó que desde su mirada se necesita un plan que permita que las diferentes actividades que se desarrollan en la isla se puedan realizar en orden y de manera controlada. “Yo creo que va a haber una política, una forma de gestionar para que todo se haga de manera correcta, que no tengamos gran cantidad de turistas juntos, sino que de manera pausada, con respeto. El trabajo con los operadores turísticos aún no se ha logrado, pero se va a buscar. Hay algunos que respetan muchísimo, pero otros no. Entonces, hay que sacar algún tipo de indicaciones para poder respetar. Se nos viene un desafío y creo que será muy positivo para el sector”, cerró.

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