
Preocupación manifestaron vecinos desde la Agrupación de Protección del Medio Ambiente de Puacura por el avance del proyecto para un centro de manejo integral de residuos domiciliarios de Chiloé.
Hay que recordar que desde el Concejo Municipal de Castro se manifestó la disposición de avanzar en el desarrollo del proyecto impulsado desde el Gobierno Regional y la Subdere para concretar la iniciativa en el terreno del municipio, en el sector de Puacura.
Los vecinos apuntan al impacto y eventual peligro del aumento de aves producto de la instalación de este proyecto en el lugar, una zona cercana al Aeródromo de Mocopulli.
PREOCUPACION
Luciano Herrera, presidente de la agrupación, señaló que si bien el proyecto está avanzando y actualmente cuenta con una resolución de calificación ambiental, existirían implicancias sobre la operación del Aeródromo de Mocopulli.
Apuntó hacia el impacto que tendría la instalación de un sitio de disposición y manejo de residuos de mayor envergadura por el aumento de aves y el riesgo sobre las aeronaves que operan en el terminal.
Recordó que cuando se levantó el primer estudio sobre el tema por parte de la Universidad Católica de Valparaíso, se reparó en la cercanía del terreno municipal y la loza de despegue.
“En ninguna parte del proyecto actual que se está tratando de ejecutar, en ninguna parte se habla del aeródromo de Mocopulli, que tiene 3 vuelos diarios, con más de mil 100 personas que representan esos vuelos. No he escuchado a la Dirección General de Aeronáutica que le hayan preguntado algo”
expresó.
El vecino señaló que los estudios se realizaron cuando existía un menor flujo en el terminal que el actual, sin contar que el aeródromo ya tiene proyectos de ampliación para aumentar su capacidad.
Un informe emanado en 2008 de la DGAC y firmado por el Director General de la entidad en ese momento, José Huepe, dirigido a la Comisión Nacional de Medio Ambiente de la época, indicaba un potencial riesgo de instalación de rellenos sanitarios por la presencia de aves y cercanía de una zona de despegue y aterrizaje de aviones.
En abril del año siguiente, la misma entidad envió un segundo informe donde aclara las prohibiciones de acuerdo con la distancia de la pista de un proyecto de esta naturaleza. En la carta se indica que el Reglamento de Aeródromos señala las áreas de peligro aviario. Para ello se confecciona un plano con dos círculos concéntricos. El primero es de 4 mil metros de radio, donde se prohíbe cualquier actividad que pueda atraer aves. A eso se suma un segundo círculo de entre los 4 mil y 6 mil metros de radio, se condiciona la actividad a un estudio de acuerdo a las características de la actividad.
“Analizada la ubicación del actual vertedero (de Castro), una ampliación quedaría bajo el área de condicionamiento y sujeto a la autorización de la DGAC, ya que estaría emplazado dentro del segundo círculo, a menos de 6.000 m de la pista del aeródromo”, señala el documento.
En este sentido, el terreno municipal que logró la aprobación de Resolución de Calificación Ambiental en julio de 2012 está cruzado por la línea que delimita el radio de 6 kilómetros. Por ello, finalmente la DGAC termina por aprobarla sin reparos, eso sí, solicitando incorporar las medidas asociadas a la minimización de vectores (aves) que podrían afectar el funcionamiento normal del futuro aeródromo de Castro. Además, un plan de Seguimiento de las Variables Ambientales “el monitoreo y seguimiento de presencia de aves”.
CONSULTA A DGAC
El dirigente señaló que ante estos antecedentes, habría un elemento, un problema que no se estaría considerando. “Esa es nuestra inquietud, de la afectación al tránsito aéreo que hay hoy en día con 3 vuelos diarios. Además, la pista de aterrizaje está hacia el vertedero (de Castro) donde se busca hacer este proyecto de compostaje, relleno y clasificación de basura”, dijo.
En esta línea, dijo que realizarán las consultas respectivas a la DGAC para conocer en qué condición estaría el proyecto. “Igual van a llegar 300 o 400 toneladas de basura diarias ahí, entonces eso va a provocar una mayor presencia de aves, principalmente gaviotas. La Organización de Aeronáutica Civil Internacional (OACI) señala que la distancia mínima de un vertedero o actividad de este tipo es de 11 kilómetros. Aun así, en muchos países se rechazan y aquí está como a 4 kilómetros de distancia (…) Vamos a acudir a la DGAC a nivel central planteando esto, si hay consultas o autorización sobre esto”, expresó.