Según cifras de la SIAT Chiloé durante el 2022 se registraron 62 siniestros viales que se llevaron las vidas de 27 personas y en lo que va de este año el número llega a los 22 fallecidos. En este contexto, en la Plaza de Armas de Castro, se reunieron familiares y amigos de las víctimas de siniestros viales, buscando hacer conciencia sobre la conducción irresponsable y reafirmando su posición de endurecer las penas para quienes provocan accidentes por negligencia al volante.
La conmemoración del Día en Memoria a las Victimas de Siniestros de Tránsito fue una instancia para que las familias recordaran a sus seres queridos y para hacer un fuerte llamado a la población y a las autoridades sobre el tema.
BAJAS PENAS
Nélida Cárdenas, mamá de María José Henríquez, facultativa que falleció en un siniestro vial en diciembre del año pasado, llamó a tomar conciencia a los conductores. Señaló que la pérdida de un ser querido en estas circunstancias es un quiebre emocional tremendo, por lo que insistió en apelar a la responsabilidad de quienes toman un volante.
“En Castro, en la isla en general hay muchos accidentes, este año 22 familias están viviendo lo que pasamos nosotros; entonces, hay que crear conciencia de nuestra responsabilidad como conductores”, expresó.
Apuntó hacia las sanciones que contempla la ley para quienes resultan responsables de este tipo de hechos calificándolas de bajas y que no conciben un castigo proporcional para el daño causado por una negligencia de un conductor.
“Lamentablemente no hay justicia, la condena es de 2 años sin licencia y se demora mucho en que la justicia actúe. En el caso de María José y Saúl, el imputado está en su casa, como está en investigación. Ya se va a cumplir un año y no sabemos nada (…) ahora lo que viene es un juicio oral, que podría ser en enero o febrero”
señaló.
Respecto a las penas señaló que “no puede ser que una persona que le quita la vida a otra su castigo sea que le quiten en carnet por dos años, porque eso fue lo que nos dijo el fiscal, que eso es lo dice la ley. Entonces, a eso apuntamos, sobre todo cuando es por negligencia, en este caso fue negligencia, (el imputado) iba a exceso de velocidad según el informe de la SIAT, no atento las condiciones, había lluvia. Nosotros apuntamos a que la condena sea mayor”, cerró.
CONDUCTAS NO CAMBIAN
Elizabeth Báez, tía del joven Alan Salazar, quien falleció en enero pasado en la Rotonda Huitauque en otro accidente, coincidió en las bajas penas, haciendo énfasis en la educación vial y responsabilidad de las personas.
“El falleció por un conductor que venía bajo los efectos del alcohol y drogas, lamentablemente uno cree que nunca nos pasará. Éramos una familia súper feliz que veíamos este tema de lejos, como todo el mundo, hasta que nos toca y cuando te toca es lo más difícil que te puede pasar, una familia se quiebra, un ser querido se va. Todo el mundo puede tener un accidente, pero desde el momento que se sube a un auto bajo los efectos de la droga o alcohol, eso no es un accidente y cuando uno se ve metido en esto, y ve que las leyes son injustas, el dolor se hace más pesado”, expresó.
Agregó que “en el caso de mi sobrino, la misma persona que los atropelló se vio involucrado en el 2019 con el accidente del primer fallecido en Chiloé. Como no tuvo culpa, sus antecedentes quedaron limpios, y cuando una mamá le dicen que esa persona tiene una conducta intachable, eso te mata nuevamente. Esto acá en Chiloé se ve mucho, es cuestión que vaya a la salida del casino y la gente sale en estado de ebriedad, solamente que nadie lo dice. Que vayan a los torneos de fútbol los fines de semana y la gente está bebiendo en las canchas”, expresó.
Nancy Vera Barrientos, madre de Danilo Bórquez Vera, fallecido hace 6 años en un siniestro vial en Huicha, indicó que el duelo se vive día a día. Concordó en que las muertes en estas circunstancias no son accidentes, sino que acciones de personas irresponsables.
Agregó que a pesar de los esfuerzos y la notoriedad pública que han tomado estos casos en los últimos años las conductas se mantienen.
En su caso particular, señaló que, tras el cierre de la investigación penal, hay una causa civil que avanza lentamente. “La causa penal no fue un tremendo logro, no le dieron los años que le correspondía. Para uno como papá o mamá 6 años es un día, una hora, los años no pasan. Mi hijo falleció cuando tenía 21 años y todavía los recuerdo como es él, no envejece un día, ni en mi mente ni en mi corazón”, dijo.
