
Revuelo causó la información sobre el rescate de Juan Mansilla Alvarado, chilote, en lo que aseguran fueron años de esclavitud trabajando para un criadero de cerdos en Río Gallegos, Argentina.
La granja porcina fue denunciada por precarias condiciones de trabajo y la justicia trasandina ordenó una serie de allanamientos, rescatando a 19 personas, entre las que se cuentan el chilote, quien según la información sobre el caso habría perdido contacto con sus familiares hace aproximadamente 20 años y quienes lo daban por fallecido.
DENUNCIA
Según relata el medio La Opinión Austral, el caso se inicia con la denuncia hecha a la policía por una joven venezolana en noviembre de 2020. En ella apuntaba a los propietarios de un predio donde funcionaba el criadero. La mujer relato a la policía las precarias condiciones en que se encontraban los trabajadores, quienes vivían junto a los cerdos que eran faenados en ese lugar.
Tras la intervención policial se liberó al grupo de trabajadores, por lo que la justicia inició una causa penal en contra de los dueños del recinto. El proceso fue dirigido por el Juzgado Federal de Río Gallegos, a cargo de Eduardo Vázquez y el secretario Carlos Cerezoli.
Según se indica los trabajadores, entre ellos Mansilla Alvarado, «tenían en algunos casos un tacho para hacer sus deposiciones, magros sueldos y malos tratos, eran condiciones de semiesclavitud«, donde cumplían diferentes funciones tanto en ese predio como en una de las panaderías propiedad de un matrimonio.
Asimismo, indican que Masilla continuó trabajando durante los últimos meses en la granja, bajo la supervisión de un administrador designado por el juzgado federal de Río Gallegos. Pero la causa se reactivó la semana pasada, con la detención de los dueños por entorpecer la investigación al intentar comunicarse con Mansilla para ofrecerle nuevas tareas.
RESCATE
En este contexto, el miércoles de la semana se realizó el rescate del trabajador, que vivía en un cuarto dentro del local, y que también padecería de un retraso madurativo, señala la información. Además, apuntan a que habría desarrollado una relación similar al «Síndrome de Estocolmo» con los dueños, quienes le decían que era su «hombre de confianza» y lo utilizaban para que les entregue información de todo lo que pasaba en el interior sobre posibles salidas de los otros trabajadores.
Juan Mansilla Alvarado fue liberado tras la intervención de funcionarios de la división Trata de Personas de la Policía de Santa Cruz, a instancias del Juzgado Federal, y gracias a la gestión del Cónsul Chileno regresó a Chiloé junto a un familiar.
Durante la investigación se pudo establecer que Alvarado había llegado a Río Gallegos hace 20 años y desde ese entonces, había perdido contacto con su familia con quienes se encontraría ya en territorio insular. «No tenían ninguna noticia de él y pensaban que había muerto», señala la información.