
Bajo una intensa lluvia, este lunes, la comunidad de Quinchao rindió el último homenaje a Manuel Antonio Torres Cárdenas (70), conocido popularmente como “Choño de la Quebra”. El querido vecino, oriundo del sector rural de Putique, se transformó en un personaje gracias al tema musical que relata su vida y que actualmente es parte del repertorio sonoro de Chiloé.
Persona sencilla, humilde y servicial, “Choñito” estudió en la escuela del sector de Coñab hasta tercero básico. En 1974 empezó a trabajar en el Plan Empleo Mínimo, siendo su primer trabajo el arreglo de caminos rurales de Quinchao.
Posteriormente, ingresa a cumplir labores menores el municipio local en el hermoseamiento de áreas verdes, específicamente como operador de una de las primeras cortadoras de pasto, realizando labores en la plaza de armas, el estadio y hospital. Esto se complementaría posteriormente con la entrega de correspondencia municipal.
En el año 1997, ingresa a cumplir labores como asistente de la educación en el Liceo Bicentenario Insular, donde destacó por su amabilidad y disposición para desarrollar sus tareas, con la alegría y el humor que lo caracterizaba. Por muchos años fue el portero del liceo, hasta donde lleva caminando desde su casa distante unos 5 kilómetros de Achao. Estos atributos lo hicieron muy querido entre funcionarios y estudiantes, jubilando en marzo de 2022.
Fue precisamente su vida de sacrificio y servicio comunitario la que inspiró al folclorista Ramón Yáñez a componer el tema en la década la 1980 y que posteriormente popularizara el Conjunto Folclórico Caituy de Achao, formando parte del imaginario de la cultura popular de Chiloé e incluso más allá de las fronteras de nuestro archipiélago.
Antonio Torres también fue parte de reconocidos programas de televisión, participando en capítulos de “Quien Quiere Ser Millonario”, en Canal 13 y en “Chile Chico”, un espacio del programa Morande con Compañía, entre otras.
EXEQUIAS
Es por ello, que pesar de clima adverso, la comunidad de Quinchao se sumó a las muestras de aprecio que se realizaron en su honor. Pasadas las 15:00 horas de este lunes, y entre aplausos ingresó el féretro del querido vecino a las dependencias del Liceo Bicentenario Insular, donde la comunidad educativa, le preparó una capilla ardiente, recordando su paso por el establecimiento.
“Siempre lo vimos y los consideramos como una gran persona, fue un ícono de nuestra comuna. Él era sencillo, sacrificado, humilde, consideraba que cuando más ayudaba las personas más cumplía el propósito de su vida. Era un soñador en el buen sentido del concepto y creía que las cosas siempre se podían hacer mejor”
señaló Osvaldo Ruiz, Director de Liceo Bicentenario Insular.
Posteriormente, fue trasladado a la Iglesia Santa María de Loreto, donde se realizó una misa en su memoria que fue acompañada por gran cantidad de vecinos. Posteriormente el cortejo fúnebre se dirigió al Cementerio Parroquial a los sones de la canción que lo hizo tan popular.
“Siempre en él estuvo su sencillez y humildad, como cuando hace 35 años nos sorprendía con su trabajo de repartir las cartas, la correspondencia o con su maquinita cortando el pasto de la plaza o los barrios de Achao. Pero más asombraba cuando debía caminar diariamente tanto kilómetro desde que apuntaba el alba, no importando la lluvia, el frío o tempestades (…) Su recuerdo permanecerá en quienes lo conocimos, los que le cantaron y seguirán cantando, y que hoy lamentan su partida. Hoy se convierte en un grandioso personaje popular de Chiloé, más allá de la muerte”, expresó el folclorista Ramón Yáñez.