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Continúa lucha de ancuditana por recuperar a sus hijas internadas en el Sename

La vecina podría tener pronto la tutela de la mayor de sus hijas que cumple la mayoría de edad. No obstante, sigue su lucha por recuperar a sus otras hijas. Estudia interponer acciones legales por vulneraciones que habrían sufrido al interior de las residencias dependientes del Sename.

Una década ha pasado desde que la vecina ancuditana Vanessa Olivares perdió la tuición de sus tres hijas, quienes pasaron bajo la tutela del Servicio Nacional de Menores (Sename) tras la decisión del Tribunal de Familia.

Durante este tiempo ha mantenido una incesable lucha judicial para revertir la decisión judicial que determinó con el alejamiento forzado de sus hijas, sin embargo, todos sus esfuerzos han sido infructuosos.

Hoy ve con esperanza el poder reencontrarse con la mayor de ellas, ya que cumple la mayoría de edad en junio y con ello se abre la posibilidad de dejar el sistema que ha moldeado su niñez y adolescencia.

El caso de la vecina ancuditana fue conocido públicamente el 2014, tras un reportaje del programa de TVN Informe Especial, que abordó las críticas al sistema de protección de la infancia y los procedimientos de judicialización y separación de niños que entran a la tutela del Sename, en el capítulo “Niños en Hogares, ¿Castigados por ser pobres?”

Hoy la mujer anuncia que ingresará acciones legales en contra de quienes resulten responsables por graves vulneraciones que habrían sufrido sus hijas al interior de los hogares durante estos 10 años internadas, sin que aún tenga antecedentes del paradero de la menor de ellas, la que habría sido entregada en adopción en el extranjero.

VULNERACION

En conversación con El Insular, Vanessa Olivares explicó que durante estos años las niñas han sido derivadas a lo menos a tres residencias del Semane y en ciertos periodos reubicadas con familias guardadoras del programa FAE.

A pesar de la orden judicial de alejamiento que mantiene sobre sus hijas, siempre ha estado pendiente de ellas y se las ingenia para tomar contacto telefónico con los hogares en que han sido ubicadas y conocer en parte su estado.

Es así, que después de todo este tiempo la mayor de sus hijas retornó a una residencia de menores en Ancud, donde ha permanecido desde fines de 2020. Esta situación le ha permitido tener un contacto esporádico con ella y comenzar a retomar los lazos cortados.

Una moneda con dos caras, ya que, a la alegría del reencuentro, se suma la rabia e impotencia de evidenciar –asegura- el daño que le ha dejado su paso por el Semane, conociendo directamente el relato de abusos a los que habría sido sometida. Según explica, hoy es una adolescente dañada física y psicológicamente.

“Mi hija vino destruida. Con obesidad mórbida, sin estudios ni educación, viene con sexto básico, cuando ella debería estar egresando de cuarto medio. Viene con medicamentos psiquiátricos para mantenerlas dopada por una supuesta depresión”, apunta.

Una evidencia – asegura- del trato indolente y deshumanizado con la que convivirían los niños y niñas que son ingresan al sistema de tuición del estado. “Me dijo que las tías nunca le entregaron amor ni cariño, que eso no existía en esos lugares. Eso no es normal, es una niña que viene con traumas, totalmente dañada ¿Quién me va recuperar los pedacitos que me entregan de mi hija? Estuvieron 10 años para hacer este proceso y ahora lo quieren hacer en un par de meses”, señaló.

Agrega que durante este tiempo ha intentando recuperar a sus hijas por la vía legal y solo ha recibido trabas del sistema. A pesar que ha logrado mejorar sus condiciones de vida, terminando sus estudios y mantener un trabajo estable, razones en que se basó el proceso en su contra en un inicio, hoy se insiste en la falta de capacidades parentales.

DEMANDA

Olivares señala que desde su internación en el sistema de protección de menores sus hijas han sido vulneradas, física, psicológica y sexualmente. En este contexto, añade que próximamente ingresaría acciones judiciales por ello, y solo está a la espera de la resolución sobre la mayor.

“Se busca realizar una querella en contra de todas las personas que resulten responsables, han sido 10 años de lucha y sufrimiento, sin descansar. En el año 2016 ocurrieron abusos a una de mis hijas, y también la desaparición de mi hija menor, estando las tres menores a cargo del Sename”, apuntó.

Con todo, Vanessa Olivares señaló que está a la espera de los que ocurra en una próxima audiencia en que se determinará el futuro de la mayor de sus hijas, que pasaría bajo su tutela, tras lo cual interpondría acciones legales que ha estado analizando con un asesor legal.

“Ahora tengo un apoyo más para continuar mi lucha, porque son sus testimonios reales que valen mucho más de lo que está impreso en papel. Con ella, voy a levantar una demanda contra quienes resulten responsables para poder trasladar a su hermanita, que cumple 16 años, y poder recuperar a su hermana que fue ilegalmente sacada y entregada en el extranjero. Para que me reparen todo el daño hecho, porque mis hijas han sido víctimas de maltratos, físico y psicológicos, fuera de eso abuso sexual y violación. Tienen que repararme todo el daño ocasionado, separaron a mis tres hijas. Estoy a punto de tener la tuición de mi hija, pero yo no tengo una, tengo tres, las otras dónde están”, apuntó.

ADOPCION

Respecto de la menor de sus hijas, de actuales 13 años, la vecina ancuditana señaló que había sido entregado en adopción a una familia italiana.

“Mi hija me contaba que hace mucho tiempo atrás, mientras estaban en el hogar de menores, recibieron de su hermanita un regalo de extranjero, era una tarjeta que venía en español e italiano, pero le rompieron la dirección para que no se dieran cuenta de donde estaba su hermanita. Ellas ni siquiera se alcanzaron a despedir y perdieron todo contacto con ella. Es todo lo que he logrado recabar a través de mis hijas, no se sabido nada más. Llevaría ya 4 años”, apuntó.

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