Este 10 y 11 de abril se llevará a cabo un proceso histórico en nuestro país: la elección de constituyentes. La gran cantidad de candidatos y las demás elecciones -alcaldes, gobernadores y concejales- han dificultado la difusión de las propuestas y el conocimiento de las distintas candidaturas. Frente a esta problemática, en conversación con El Insular, el candidato a constituyente, Juan Luis Ossa, nos señala que ha optado por utilizar sus capacidades como profesor e historiador para recorrer todo Chiloé y enseñar, pizarra en mano, la importancia de la participación de los vecinos en estas elecciones.
En términos generales, ¿qué espera de la Convención Constitucional?
Como profesor e historiador espero que la Convención sea el lugar donde volvamos a encontrarnos como sociedad. Tenemos una oportunidad única de que la futura Constitución sea el puntal de nuestra convivencia política y social, y para ello es clave que todos los que creemos en la democracia nos juguemos a fondo por tener un texto constitucional que considere las necesidades concretas y prácticas de las familias chilenas, pero, por sobre todo, que cada representante que forme parte de la Convención comprenda que su rol es crear un texto del cual todos se sientan orgullosos.
¿Qué elementos de la actual Constitución rescataría a la hora de redactar la nueva Ley Fundamental?
Las constituciones son pactos entre generaciones, ya que reúnen los sueños y esperanzas de nuestros abuelos con los sueños y esperanzas de nuestros hijos y nietos. Eso quiere decir que no es conveniente ni necesario comenzar de una hoja en blanco, como si el país estuviera en 1810 y tuviéramos que crearlo o inventarlo de nuevo. Hay instituciones y conceptos que debemos mantener: por ejemplo, la autonomía del banco central, la segunda vuelta presidencial, el derecho de propiedad, la iniciativa exclusiva en materia de gasto social, entre otros temas relevantes. Por supuesto, hay cuestiones que debemos mejorar y cambiar, pero insisto: no es necesario ni conveniente comenzar de foja cero.
Pensando en Chiloé, ¿qué elementos incluiría en la nueva Constitución para mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la provincia?
El objetivo principal de la nueva Constitución es que, con el paso del tiempo, tengamos más y mejores políticas públicas para todo Chile. Ahora bien, Chiloé tiene necesidades específicas a las cuales debemos apuntar como constituyentes. Para ello, me concentraré en defender cuatros temas centrales: que la región reciba mayores recursos económicos, políticos y administrativos para que las autoridades locales tengan un mayor poder de decisión y puedan llevar más rápidamente sus soluciones a las familias. Es lo que hemos denominado en nuestra campaña como “descentralización inteligente”. En segundo lugar, debemos aspirar a un modelo de desarrollo sustentable y sostenible, que fomente el crecimiento económico, pero nunca a costa del medioambiente. Chiloé tiene una gran diversidad ambiental y es urgente recuperar nuestros bosques y playas. Tercero: me la jugaré por integrar el derecho a la vivienda digna, para lo cual es importante contar con barrios amigables y que cuenten con todos los servicios básicos. Poco sacaremos teniendo viviendas alejadas de los colegios de nuestros niños o de los centros de salud, y por eso debemos pensar este derecho social de forma integral. Finalmente, hay que trabajar fuertemente para que exista una masiva conectividad digital a lo largo de la isla; esa es la única forma de que nuestros niños no se queden abajo de la modernidad. Si bien la nueva Constitución no le cambiará la cara a nuestro país de la noche a la mañana, será solo a partir de ella que podremos empezar a pensar en un Chile más justo y desarrollado.
Estamos en tiempos de campaña y siempre hay muchas promesas, pero, ¿Qué puede hacer y qué no puede hacer una Constitución?
Las constituciones son el gran marco general que se dan las sociedades modernas para convivir en paz. Dicen mucho y poco a la vez, ya que las especificaciones de cada artículo o norma las entrega la ley de forma posterior. Sin embargo, ello no quiere decir que las constituciones sean irrelevantes, pues sin ese marco general es muy difícil definir el modelo político, económico y social en el cual aspiramos a vivir. Lo importante es ser honestos y transparentes con la ciudadanía, y no utilizar a la Constitución como una herramienta para conseguir popularidad o votos. Las constituciones difícilmente eliminan las colas en los hospitales, acaban con la delincuencia o disminuyen los índices del narcotráfico; no hay que confundir a nuestros vecinos y para ello es indispensable que quienes representen a los chilenos en la Convención estén preparados y hablen siempre con honestidad.
¿Cómo cree que han recibido su propuesta en Chiloé?
Siento que hemos recibido muchos apoyos a lo largo y ancho de la isla, y eso me pone muy contento. Me parece que los vecinos y vecinas han visto con buenos ojos que mi propuesta es moderada, transparente y concreta, sin objetivos refundacionales de ningún tipo. También, creo, han considerado positivamente que haya dedicado buena parte de mi vida académica a estudiar la historia constitucional del país (resultado de lo cual es mi libro “Chile Constitucional”), así como a enseñar día a día a mis estudiantes sus problemas y fortalezas. Aunque quizás lo más relevante para responder esta pregunta se encuentre en el territorio: han sido nuestros recorridos por la isla los que nos han permitido darnos a conocer, recogiendo las urgencias y necesidades de las familias chilotas y aprendiendo de su gran sabiduría y maravillosa idiosincrasia. Gracias a esas conversaciones en cada rincón de Chiloé hemos podido construir una propuesta que considera las preocupaciones locales con el fin de comenzar a resolverlas en esa gran instancia que será la Convención Constitucional.