FOGÓN CULTURALGUARDIÁN DEL MITO

Vitalidad, pensamiento y creación en Concepción, la salvaje

Después de la residencia poética, vuelvo a Concepción todo el tiempo. No siempre viajando en forma física, más bien se trata de un largo retorno con lecturas, memoria, afectos. Ahora sí, recién llegué a Chiloé después de un breve paso por la Universidad de Concepción, invitada por la Cátedra Gonzalo Rojas para un par de lecturas y conocer al poeta Ernesto Carrión, residente actual cuya escritura nos acerca a la cruda realidad de Ecuador.

El poeta Alexis Figueroa reparte entre los asistentes a una actividad poética el periódico NN (https//www.periodiconn.org) del cual es editor general. Se trata del número 11, impreso en noviembre de 2023. Desde la editorial sabemos que se trata de un conjunto de artículos / ensayos que bordean la situación política, social, cultural de estos últimos años en nuestro país con tal riqueza de matices que produce extrañeza frente al plano y superficial ¿diálogo ciudadano? de la mesa pública si es que existiera algo parecido.

Leo casi toda la revista de un tirón, a pesar de que – me digo – hay que detenerse y reflexionar cada párrafo. En esta barrida temprana, saltan algunas ideas como el equívoco evidente de que nuestra existencia es una burbuja mental y social que nos impide ver el país en que vivimos, como plantea Oscar Vivaldo o Carolina Lara preguntándose qué experimento social hemos sido estos últimos años con estallido social, pandemia, dos procesos constitucionales. Ella misma (y casi todos los colaboradores del periódico) propone posibles salidas a la crisis: “devolver el poder reparador y fijador de sentidos a la acción artística y cultural como una manera de devolver a nuestro quehacer su potencial de transformación social”. En este mismo sentido, el artículo de Noelia Figueroa es especialmente conmovedor con su llamado a reconsiderar las formas de relacionarse, de remover la violencia del sistema y volcarse a los pequeños gestos de encuentro que borroneen el interior de la casa (en tanto individualismo entiendo yo) y salir a entenderse en el hondo sentido con el otro, en la topía que se aleja de lo ideal o derruido (utopía / distopía).

El texto Suspiro + silencio de Carlos Henrickson es el que tengo más subrayado. Hay momentos feroces cuestionando el papel de los artistas en el devenir histórico. Su análisis es certero y se abre a preguntas necesarias encarando directamente varios de los desafíos que tenemos en estos días, entre ellos, el tema de la tecnología. Dice, por ejemplo “La mediación tecnológica está, desde ya, imponiendo sus normas de comunicación, su idioma propio, acaso su propio arte. Su nueva gramática, hoy día monstruosa y violenta, se irá haciendo más fina”. A pesar de su oscura y lúcida mirada, afirma también “Al menos una buena noticia: la esterilidad de las prácticas artísticas ante los desafíos presentes y futuros, no puede sino mostrar una crisis de transición en la cultura a nivel global”.

En fin, viene también una nota de Mauricio Redolés, poesía de Paulina Paredes y Daniela Guerrero; un relato de Daniel Rojas Pachas. Hay varios más, pasen y lean.

Y un desvío. Ya he hablado de la Revista Mocha, de la nutrida agenda cultural que se vive a diario en esta tremenda ciudad, de la escritura que se trenza con voces mayores y un largo río que crece en talleres y grupos. Uno se pregunta cómo es que un periódico como éste no sale de los lugares acotados, de las calles, mesas y ojos lectores de la provincia. Con la tremenda vitalidad de las letras penquistas, no se entiende el silencio alrededor de tanto pensamiento / creación. Una vez más, el centralismo engaña con su sordo mensaje que va expulsando a los creadores a este esfuerzo permanente de seguir respirando en medio de la asfixia. Pero Concepción no se deja. Sigue explorando y desbordando la “jaula” que versea Parra.

El Guardián del Mito: Rosabetty Muñoz

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