FOGÓN CULTURALGUARDIÁN DEL MITO

Tanto mar para nuestros remos: Isla Tenglo

Por Oscar Petrel

Hay familias que viven en Chinquihue que prefieren que sus hijas e hijos cursen la enseñanza básica en Isla Tenglo. En términos prácticos esto significa navegar todos los días. Optar por cruzar en bote y dejar de andar largos recorridos en micro. Mirar hacia el mar, y no hacia la calle. Y en uno de esos botes, que llevaba a una estudiante de sexto básico, también cruzamos nosotros: la gente de Discursos en Movimiento. Fuimos al Colegio Isla Tenglo del sector La Capilla. El colegio tiene cerca de cincuenta estudiantes y es un lugar precioso. Años atrás pensamos con Carolina en matricular a nuestro hijo Gaspar allá. No lo hicimos porque nos queda muy lejos de Pelluco y porque no tenemos bote. A nosotros nos hace más sentido la educación rural y su intimidad en comparación a la saturación, estridencia y planes de los liceos y colegios de la ciudad. Es que la pedagogía rural bien puede ser una forma de resistencia a la crisis del sistema educativo, desde el mismo sistema educativo.

Con Discursos en Movimiento y Poesía a Cielo Abierto: Travesías Literarias Isleñas, organizamos la presentación de la obra Círculo en un colegio insular: una obra de danza y teatro hecha especialmente para las primeras infancias. El Colegio Isla Tenglo nos abrió sus puertas y nos dejó quebrar su cotidianidad. Hay veces que me lo pregunto: ¿Qué tan necesario es nuestro quiebre, nuestra forma? este ímpetu de llevar escritores, músicos y artistas a la ruralidad.  Lo escribo porque no se puede generalizar la realidad escolar insular bajo un “aquí nunca pasa nada”. En el sur también hay estereotipos pesados funcionando a la hora de imaginar el mar y a quienes lo habitan. Muchas veces se cree que en la ruralidad no pasa absolutamente nada cuando en realidad está todo pasando. Pienso en las escuelas de Isla Maillen e Isla Huar, por ejemplo. Con profesoras y profesores, con alumnas y alumnos que ya quisieran tener los grandes establecimientos educativos del país. Recuerdo a Daniel Hernández, el maestro cuentero colombiano, que en uno de nuestras travesías comentaba, a propósito de la comparación Isla / ciudad, que en las islas pareciera que todavía hay una posibilidad para la utopía, porque estos niños y niñas saben escuchar.

Lograr cuadrar estos viajes, por cercanos que parecieran, es complicado. Hemos fracasado en dos intentos de navegación, con músicos y parafernalias, por cierre de puertos y suspensión de clases por temporal. Quizás eso necesitábamos: pararle el ritmo a la planificación y aceptar la incertidumbre. Estar atento a los vientos desesperados que de pronto se arremolinan en el Seno Reloncaví. Cacharle el mote a las naturalezas humanas. Creer que uno es, como decía Rimbaud, un aprendiz de vidente. Creer que la misión del arte es, como decía Chavela Vargas, sostener un mundo que se cae a pedazos. Esa es la mayor dificultad y también una posibilidad para seguir aprendiendo. Aprender a ver y aprender a no tostarse, porque la mayoría de lo que nos ocurre en este proyecto itinerante, ni siquiera depende de nosotros.

Pero cuando ocurre, qué felicidad que es.  

Travesías Literarias isleñas

Autor/a: Varios/as autores/as. 

Curatoría: Óscar Petrel y Carolina Contreras.

Género: híbrido (cuentos, poesía, historias, reflexiones literarias).

Páginas: 118 (versión digital) | 120 (versión impresa).

Tamaño: 18×24 cm

«Travesías Literarias Isleñas» es un proyecto de la Fundación A Cielo Abierto gestionado en la Región de Los Lagos por Carolina Contreras y Óscar Petrel, ambos artistas residentes en Puerto Montt. La iniciativa se desarrolla una vez al año y consiste en una itinerancia de artistas nacionales por escuelas rurales y periféricas de la región, la mayoría de ellas ubicadas en el Seno de Reloncaví. Poetas, narradores, cuentacuentos y músicos se embarcan en el velero chilote Catalina, conducido por el Capitán Helmuth, y viajan empujados por el viento para visitar y compartir, durante una jornada completa, con los escolares de diversas islas de la zona, como Maillen, Chidhuapi, Tenglo, Queullín y Puluqui, entre otras. Esto propicia un intercambio y una mediación concreta y profunda entre los jóvenes de las islas y los artistas chilenos.  

El libro es la respuesta a una versión fallida de este encuentro. Producto de la pandemia, la actividad no pudo ser realizada durante 2020. En su reemplazo, este libro significó la gestación de una gran encomienda. Una especie de carta abierta y sin un rumbo definido, dotada de poemas, cuentos, historias y textos de reflexión poética y literaria, escrita especialmente para los estudiantes de las islas por los 13 artistas que iban a visitar las escuelas en dicha versión. 

Se puede descargar en forma gratuita en el link: https://www.provincianoseditores.com/product-page/traves%C3%ADas-literarias-isle%C3%B1as

El Guardián del Mito: Rosabetty Muñoz

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