FOGÓN CULTURAL

Chiloé. Sello SIPAM. Reconocimiento y desafío de ser Patrimonio Mundial (segunda parte)

Por tanto, con una agrobiodiversidad de importancia mundial como derivación de un extenso proceso histórico de  domesticación de especies endémicas, con una selección de variedades adaptadas y resistentes, como la papa nativa, el ajo, el cordero, el caballo, los frutales, las bayas, las hierbas, la frutilla, entre otras, le otorgaron esta distinción. También debió cumplir con otro criterio: sólo un lugar que esté altamente amenazado puede ser designado como “hotspot”, lo que significa que debe haber perdido ya al menos el 70 por ciento de su superficie. De hecho, todos los “hotspots” juntos equivalían antes al 15,7 por ciento de la superficie de la Tierra. Hoy, esa cifra se ha reducido al 2,3%. Estas cifras en Chiloé aún no son amenazantes ni fatales, pero se debe continuar socializando esta temática para valorar y proteger el territorio y entender  lo que significa ser “hotspots”. En este aspecto es relevante añadir que los paisajes terrestres y marítimos del archipiélago son excepcionales, y que también han sido domeñados por sus habitantes desde tiempos inmemoriales e integran una diversidad de paisajes naturales relevantes: bosques, turberas, humedales, islas, playas, praderas, campos, acantilados, lagos, ríos, y otros, donde el hombre se adaptó y los convirtió en  su morada vital, son lugares de identidad y  hogares de una rica biodiversidad terrestre y marina en un ecosistema exclusivo, que aportarán también a los servicios ecosistémicos al mundo, como por ejemplo en la captura del carbono o reservorio de agua.

En agosto de 2018 la entonces Gobernación Provincial de Chiloé, la Fundación para la Innovación Agraria(FIA) del Ministerio de Agricultura, y la Consultora NatGreen Ltda, concluyeron y cerraron el proyecto: “Incorporación de conocimientos a los agricultores del Archipiélago de Chiloé, sobre los aportes y beneficios que tienen sus productos agropecuarios al incorporar en ellos el reconocimiento SIPAM y la marca local SIPAMCHILOE, cofinanciado por el Gobierno Regional Los Lagos y la colaboración de la Gobernación Provincial, SOFOCH e INDAP. Esta iniciativa permitió promover la marca de certificación SIPAMCHILOE,  reconocimiento y distinción que entrega la Gobernación y que se  aprueba con determinados requisitos y protocolos a cumplir por el trabajo de los agricultores en su labor patrimonial agroecológica en la zona. En ese año fueron 65 las personas o empresas beneficiadas que obtuvieron dicho sello en la Provincia de Chiloé.

El proyecto tuvo una  ejecución de 14 meses difundiéndose entre 2.100 personas, se capacitaron a 112 agricultores (hombres y mujeres) entregándoles orientaciones y conocimientos sobre este sello único a nivel mundial. También se instalaron gigantografías en lugares públicos y puntuales para que la población local y visitantes sepan y conozcan que Chiloé es y está considerado como sello SIPAM. Incluso se informó que en el presupuesto de ese año se tenía contemplado un financiamiento para la difusión de la iniciativa en comento.

En las siguientes etapas se tratará de consolidar la divulgación del SELLO SIPAM CHILOE, siendo  clave la asociatividad de los propios agricultores y el apoyo absoluto de las instituciones público-privadas. También otro eje fundamental es el aprendizaje y autonomía en la comercialización, ventas y ganancias de los productos, que es la gran barrera socioeconómica para estas iniciativas, y quizás  uno de los escollos más desafiantes. La variada y valiosa diversidad genética alimentaria y el patrimonio cultural de Chiloé deben transformarse en el factor coyuntural para el desarrollo local sustentable. La constitución de la primera Cooperativa -ese mismo año- que agrupó a muchos de los 65 agricultores chilotes que obtuvieron el sello, fue un paso relevante para continuar consolidando la propuesta.

Pensamos que la formación de Cooperativas, Centros de Negocios, Comités de Pequeñas Empresas, Sociedades de Emprendimientos, u otros modelos, deberían ser en Chiloé los entes que asocien a las personas que integran y desarrollan SIPAMCHILOE y les aporten  herramientas de capacitación, gestión, jurídicas,  financieras, comercializadoras, para que  continúen con sus sistemas de producción tradicional sin los vaivenes del mercado y tengan seguridad en sus negocios con identidad. En este sentido el Estado a través de sus instancias pertinentes  debe involucrarse con una política permanente para los gobiernos, así como los municipios que se relacionan directamente con el habitante rural. En  las regiones españolas de Asturias y Galicia existen modelos y ejemplos destacados de lo planteado con un  buen funcionamiento y operatividad en toda la cadena de producción y comercialización de sus productos locales, donde todo el aparataje del gobierno y de los ayuntamientos se focalizan para privilegiar, destacar y darle valor a su producción específica, como se comprueba con la manzanas y la sidra, el cerdo ibérico, las aceitunas, etc. Y, sin considerar que ese país ni sus regiones tienen como privilegio ostentar el sello SIPAM como lo tiene el archipiélago de Chiloé.

Acotamos que en la mayor parte del mundo la modernización y el progreso estándar han traído aparejada la homogenización económica y cultural, sin embargo todavía en muchas áreas rurales sus habitantes permanecen vinculados a sus territorios  practicando tradiciones agrícolas y gastronómicas exclusivas. Un dato relevante es que todavía el 50% de la población mundial vive en áreas rurales y en nuestra región es aproximadamente un tercio. En el presente las Naciones Unidas han declarado más de 35 territorios SIPAM, de los cuales 27 de ellos están en la región de Asia (principalmente en China), 6 en África, 4 en América Latina y el Caribe.  En Chile, sólo Chiloé se encuentra en esa categoría de ser un aporte relevante a la humanidad del planeta.

El patrimonio material, natural, e inmaterial de Chiloé, fue producto del aislamiento secular de este archipiélago, a pesar de este inconveniente y coyuntura histórica ha sido desde la mirada del presente un factor importante en la conservación de prácticas culturales, agrícolas, sociales, y otras  que se observan en la vida comunitaria, tanto en la forma de  cultivar la tierra y el mar, en la artesanía, gastronomía, música, religiosidad,  mitología, arquitectura, por nombrar algunos aspectos, y que hoy se reconocen internacionalmente con el sello SIPAMCHILOE, enfilado al futuro. Por intermedio de este nuevo reconocimiento mundial, aún poco conocido, nuevamente Chiloé, su cultura y su gente, nos demuestran que  han hecho y hacen un tremendo aporte a la cultura universal del planeta tierra. Chiloé como sitio SIPAM tiene un trascendental desafío como es la conservación de su valioso y único territorio así como su identidad,  bases y vigas maestras en la estrategia de desarrollo de las comunidades organizadas. La diferencia es la riqueza del mundo, se debe y necesita transmitir a las siguientes generaciones a través de emprendimientos y pequeños negocios exitosos ya sean individuales o colectivos.

El mantenimiento y la adaptación de la biodiversidad agrícola de Chiloé es de importancia mundial, un desafío que las comunidades insulares deben asumir respaldado por una estructura oficial que aporte y beneficie a los principales gestores de estos sistemas ingeniosos agroindustriales, las campesinas y campesinos chilotes, los sabios(as) que generación tras generación luchan por tener una mejor calidad de vida y por ende beneficiar a la población del mundo. El sistema agrícola de Chiloé desarrollado por ellos permitió  recibir este reconocimiento como sitio SIPAM, especialmente las mujeres, como las guardianas de esa diversidad natural y cultural. Que el sello SIPAM contribuya y sea el catalizador para los sueños del  agricultor(a) insular de crecer social y económicamente.

Dante Montiel Vera: Historiador

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