Crónicas desde Concepción. Encuentro de talleres literarios

Pasada ya la mitad de la Residencia Poética en la Universidad de Concepción, la Cátedra Gonzalo Rojas organizó un encuentro de talleres literarios dividido en dos partes: un espacio para compartir entre asesores / conductores de los talleres y una lectura de integrantes de cada grupo. Fue una invitación virtuosa y presencial que nos dejó a todos los participantes, contentos, no solo por la oportunidad de vernos, conocernos, recuperar el ritmo de las actividades de cuerpo presente, sino también por el lazo que tiende la Universidad de Concepción hacia la formación creativa de la provincia.
Habían comprometido su asistencia doce talleres literarios de la ciudad de Concepción y comunas cercanas, sin embargo, llegaron a la primera parte (de los guías / animadores) 24 personas. A propósito de una crítica que se ha hecho en general a los talleres literarios respecto de su imposibilidad de enseñar a ser escritores, se partió por la sana declaración de los presentes respecto a que no está en los objetivos de ningún grupo esa dudosa misión, más bien se trataría de abrir espacios de lectura, comentarios críticos y circulación de algunas técnicas que ayuden a la mejor expresión; en este sentido, se reforzó la idea de honestidad intelectual y el valor de la permanente reescritura de los textos. Se cuestionó también la denominación de quienes conducen el proceso de taller, la idea de autoridad es también un concepto a discutir sobre todo en estos espacios de aprendizaje mutuo; se mostró también el valor de combinar / hacer dialogar distintas disciplinas artísticas y el creciente interés por estos espacios de expresión. Faltó tiempo para haber profundizado más en torno a tópicos como las publicaciones (¿será bueno publicar los escritos incipientes de los talleristas? ¿cómo se maneja el tema de las expectativas en cada grupo? ¿cuáles son los cuerpos de lecturas que se trabajan? ¿a quiénes se lee?) o la formación de quienes asesoran los talleres. En este sentido, se discutió ampliamente acerca de la importancia del gesto de acercar la Universidad a estos espacios no tradicionales de formación y del peso que puede tener una coordinación con las pedagogías para considerar en conjunto temas como el desarrollo de la creatividad, de la imaginación, revisar las lecturas significativas sobre todo para niños y jóvenes.
Recordé tanto ese día nuestra historia en la Región de Los Lagos cuando yo misma participaba de los encuentros de talleres literarios y era emocionante escuchar lecturas de niños que tenían al frente a escritores mayores escuchándolos, aconsejándoles autores, animándoles a seguir en este continuo balbuceo.
La experiencia finalizó con una lectura ante más de cien personas en el auditorio de la Facultad de Educación. Por la cantidad de talleres, se pidió a cada grupo que llevara dos representantes; había talleres de escuelas, de adultos mayores, agrupaciones de mujeres, trabajadores, lo cual hizo que la hora y media de lectura fuera muy variada, intensa y conmovedora. Y sí, aunque no se piense en una “fábrica de escritores” se confía en el trabajo colectivo, en acercamientos amables a las palabras de otros y las propias, para entendernos, comunicarnos, crear juntos.
Cito, para terminar, las palabras de Mircea Cărtărescu en su discurso de recepción del premio FIL en lenguas romances Guadalajara 2022, recién este 26 de noviembre. “Y, sin embargo, humillada y disuelta en el tejido social, casi desaparecida como profesión y como arte, la poesía sigue siendo omnipresente y ubicua como el aire que nos envuelve. Pues, antes que una fórmula y una técnica literaria, la poesía es un modo de vida y una forma de mirar el mundo. Expulsados de nuevo de la ciudad-estado, los poetas han aprendido a luchar con las mismas armas de la civilización que los condena. Han comprendido la alegría del anonimato, la alegría de la autosuficiencia de producir textos para unos cuantos amigos, han aprendido a protegerse de la brutalidad del mundo circundante y de la vulgaridad del éxito. Nada es más discreto, más admirable y más triste, en cierto sentido, que el poeta de hoy, el último artesano en un mundo de copias sin original, como escribía Baudrillard, el último ingenuo en un mundo de arribistas”.
VICIO EN PANDEMIA
Aburrido en la pequeña casa
encerrado por un riesgo diminuto
de lejos me observa mi gata
se me ocurre un pensamiento bruto
jugar un videojuego
¿qué podría salir mal?
en mi interior se prende un pequeño fuego
Un vicio, un fuego que incendia mi cerebro
nunca luché tanto como un guerrero
aun sí, hay una solución, fuerza de voluntad
que con honestidad y habilidad
podré quebrar este vicio
que me quita la voluntad
Sigo luchando, cada vez queda menos ¿para qué?
pasan los días, las semanas y los meses
mis días son cada vez más celestes
Al fin termino mi vicio
fue corta mi historia
al menos
el agujero del vacío interno
se fue de mi habitación,
quedará en mi memoria.
Felipe Salgado Caba
2° Medio
Liceo Industrial Collao
El Guardián del Mito: Rosabetty Muñoz