Viajando por nuestro mar interior: Taller Mistral Imagina tu isla

“Pero como la isla larga tenía una forma definida, dominaba el conjunto y nadie ha visto el archipiélago, prefiriendo llamar a la isla isla y olvidarse de los miles de cayos, islotes, isletas que bordean la isla grande como coágulos de una larga herida verde. Ahí está la isla, todavía surgiendo de entre el océano y el golfo: ahí está.” Recuerdo estas palabras del escritor cubano Guillermo Cabrera Infante mientras escribo, pienso, disfruto recomponiendo fragmentos de la penúltima jornada del Taller Mistral realizado en Achao. Una vez más, llegaron niños de Meulín, Lin Lin, Apiao, Quinchao para leer, conversar, crear en conjunto; buscar modos de comunicar sum undo interior por medio de las palabras.
Esta ocasión, se recuperaron los mapas individuales que se entregaron al inicio del taller, el año pasado, recién tanteando el encuentro después del encierro pandémico. En el mapa mudo, solo habían identificado su isla, pintado la ruta que los reunió en Achao e identificado los lugares que conocían de esa representación especial limitada a su comuna. Esta vez, llenaron de contenidos, imágenes, palabras el mapa personal y también se dedicaron a intervenir un mapa grande, comunitario. La experiencia – como siempre – superó la planificación y los detalles agregados por cada niño / joven, fue enriqueciendo este mapa lírico de su entorno vital.
Es interesante destacar el poder del arte en la formación de todo ser humano. Aunque este taller es un proyecto particular, financiado por el Fondo Nacional del Libro y la Lectura, en rigor no está fuera de los canales de la educación formal; se ha desarrollado con la participación inprescindible de la Corporación Educacional de Quinchao, especialmente con el empuje y la pasión de Ramón Contreras quien hace carne aquello de dar todas las oportunidades posibles a los niños isleños.
Ahora mismo, que se está celebrando esta semana la importancia de la Educación Artística en todo nuestro país, convocatoria de la Unesco con el lema: “ciclos: recordar, remover y reimaginar”, estas actividades refuerzan su vocación de participar en el conocimiento de quiénes somos y compartir ese descubrimiento con otros. La Unesco subraya, respecto de esta semana, el objetivo de sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la educación artística, como parte de un modelo integral y de calidad de educación, promoviendo la diversidad cultural, el diálogo intercultural y la cohesión social.
Uno cree que sabe los límites y fronteras del pequeño lugar donde vive, sin embargo, basta desatar los nudos y restricciones imaginativas que se han ido pegando a la corteza de nuestro espíritu, para reencontrar modos de ampliar recorridos, abrirse a descubrir lo que parecía conocido y que se vuelve a mostrar con su maravilloso misterio. Y en eso, los niños nos aventajan largamente.
Amo dibujar, en especial cosas fantásticas, inexplicables y fuera de este mundo. En un solo dibujo expreso más de mil pensamientos. También adoro jugar videojuegos porque siento que estoy en otro mundo, es como si yo viviera cada aventura. Otra cosa que hago en mi tiempo libre es crear historias y pasarlas al papel.
Vivo en Achao en la calle Esmeralda, una casa mediana amarilla de techo y ventanas rojas. Allí está mi hogar, mi cuarto donde puedo reír, llorar, jugar, dibujar, escribir.
Cintia Fernández
Ha venido el viento como un tigre sin parar, como un tigre con el afán de persuadir a su presa. No, es decir, es más fuerte que una jaula de tigres corriendo. No sé en qué momento ese mismo viento enemigo empezó a hacer desaparecer las cosas de mi vista: primero fue mi bicicleta, después mi cama y mis sábanas. No sé por qué ha de venir el viento a estas altas horas de la noche, simplemente no lo sé. Lo único que sabía es que el mismo viento, sin peros ni por qué, me haría ser prisionera de esa misma velocidad, así es que cuando me di cuenta de que mi enemigo el viento se llevó todas mis pertenencias, entendí que era parte del mismo, del enemigo. Y ahora, ya más rápido que la luz, me lleva camino al cielo donde están todas mis cosas.
Isidora Werner


El Guardián del Mito: Rosabetty Muñoz