Matías Jullian, Músico y Payador

Primero aquí me presento
Matías Jullian me llamo
cuando canto desparramo
poesía y sentimiento
asimismo les comento
que estudié pa profesor
que soy padre y soy cantor
compañero idealista
y respondo esta entrevista
con mi voz de payador
Describe brevemente lo que es y ha sido tu trabajo como músico y payador.
Mi trabajo como músico ha sido un camino largo, reflexivo, exigente y circular. He andado por la huella de músicas muy diversas y en este hoy me he vuelto hacia la madera noble del instrumento y a la música de raíz, desde la creación y desde la improvisación.
Como payador me he sumergido en las tibias aguas de la palabra a entera satisfacción, y me he dejado llevar por su corriente de canto y poesía.
Cuenta cómo te iniciaste en la música y en la paya. ¿Cuándo y cómo empezaron a gustarte?
En la música me inicié siendo adolescente gracias a una guitarra que había en casa. Fue un bonito romance, un idilio espontaneo y pasional. Fue esa guitarra con su audacia inquisitiva la que me mostró el camino que íbamos a seguir de ahí en más.
Estudié luego para profesor de música, en un lugar que parecía un conservatorio vienés, y ahí construí (o me construyeron, más bien) una formación académica-musical de la que salgo y entro a voluntad.
La paya, esto es, el oficio de payador, es una actividad reciente que me seduce con su rito y con su ingenio y me enamora con su aroma a tierra.
Conocí la decima espinela hace muchos años, y se quedó en mi tiempo macerando. Sin embargo, no fue hasta que casualmente llegó un guitarrón a mis manos que me sentí llamado hacer algo nuevo en el ser, en la casa y en el territorio.
Fue entonces que tomé la décima y el guitarrón, sin saber bien que eran, rompí rápidamente sus envoltorios y percibí esa intensa sensación de sorpresa y asombro, como cuando era niño y abría un regalo.
¿De qué manera ha afectado la pandemia tu vida normal y tu trabajo como músico y payador?
La pandemia solo vino a precarizar aun más el trabajo de tantas personas vinculadas a la música y al arte en general. Hacer música a través de una pantalla para que otras personas te escuchen a través de otra pantalla parecía un castigo, pero fue la manera de trabajar.
Los sedentarios saciados ya sacan cuentas alegres de los supuestos beneficios del concierto on-line, pero para mí es una etapa incomprensible y violenta.
Creo que mucha gente, por costumbre, comienza a naturalizar la acción de vincularse con la música a través del teléfono celular. Las salas de concierto comienzan a vaciarse.
Describe cómo fueron tus días durante el período más complicado de la pandemia. ¿Tocabas? ¿Cantabas? ¿Improvisabas? ¿Te comunicabas con otros músicos?
Fue una sobrevivencia al encierro, al toque de queda, a la violencia estatal, y a tantas otras malezas.
Es paradojal, pues mientras las personas reconocían públicamente los beneficios que les aportaba la música en estas condiciones adversas, las personas que trabajan en la música casi no tenían trabajo.
Hacía todo eso que mencionas en tu pregunta, pero de manera virtual. Fue muy complejo.
¿Crees que cambiará algo el ambiente y el desarrollo de la actividad musical en el sur de Chile cuando volvamos a la normalidad? ¿De qué manera?
Va a cambiar, irremediablemente.
Si bien hay una fuerza natural que empuja y empujará a las personas hacia la creación, la interpretación, la improvisación y la audición, existe una contemporánea crisis donde lo presencial y lo virtual pugnan por protagonizar el presente.
Por otro lado, la institucionalidad continuará poniendo piedras en el camino con sus ejemplos cotidianos, como el caso reciente de la corporación cultural de Ancud, que se ha querellado contra sus propios artistas (entre los cuales me incluyen) por robo y hurto.
¿Qué música te gusta y cuáles son tus payadores y cantautores favoritos?
Me gusta toda la música que se hace desde el genuino llamado a crear para aportar a una vida mejor. Y tras haber escuchado kilómetros de músicas, quien más me gusta en la cantautoría sigue siendo Violeta Parra. Siento que es como un resumen de toda la música que conozco y conoceré.
Y dentro del mundo de las payadoras y payadores dispersos por toda Hispanoamérica, quien más me gusta es sin duda Aldo Velásquez de Puerto Montt, porque es rápido, ingenioso, entretenido y buena persona.
Si tienes canciones compuestas por ti, elige una.
Tengo el privilegio de pertenecer al duo Tantau (www.tantau.cl) junto a la hermosa música y creadora Varinia Paz Viveros, y de nuestras creaciones voy a elegir una que se llama “Coihue”
COIHUE
dentro del bosque sureño
entre musgos luma y quila
un gran abuelo vigila
el agua limpia sin dueño
el mayor
de todos los humedales
brazos danzan al vaivén
cuando el viento en ese encuentro
sopla y entra en sus adentros
donde habita el chumaihuen
protector
de turbas y pomponales
observa el horizonte
desde un tiempo ya pasado
quien resiste desarmado
en las batallas del monte
creador
de todos sus renovales
El Arte en Tiempo de Pandemia: Dr. Carlos Trujillo