Natalia Saldivia Riffo, Ilustradora

Descríbenos lo que es y ha sido tu trabajo como ilustradora a lo largo de los años.
Siempre dibujé elementos que considero propios de la isla, como los palafitos, la lluvia, los peces. Era algo muy natural, pues era lo que me rodeaba, no obstante, en mi primer año de universidad en Santiago, hice portadas a mis cuadernos con mis dibujos, pero esta vez, “personalizar” mis objetos con Chiloé, era un acto de añoranza, una declaración de identidad; por primera vez entendía lo diferente que era a otros lugares y sentí el choque cultural. Por mi acento isleño, pensaban que yo era de otro país. Creo que esta anécdota resume lo que ha sido mi trabajo, que tiene que ver con la nostalgia, con retratar lo que ya no se tiene, en mi caso la infancia y la isla y además que el soporte de esta gráfica, sean objetos de uso cotidiano. Eso es en esencia mi trabajo y ha ido evolucionando conmigo, mis procesos personales enmarcados dentro de los cambios que vivimos como sociedad.
Los que más han impactado en mi trabajo últimamente, tienen que ver con la representación femenina y el concepto de aceptación corporal.
Cuenta cómo te iniciaste en el diseño. ¿Cuándo y cómo empezó a gustarte?
Mi madre, como profesora de arte, siempre procuró que la expresión gráfica y las manualidades en general, fuesen parte de mi vida. Creo que me gustaba de manera natural, como a todas las niñas y niños, pero el que me hiciera sentir que era buena para eso, me motivó a hacerlo siempre. Lo que más aprecio, es que me hacía experimentar un montón, mezclar materiales, texturas, incluso, resignificar el uso de objetos cotidianos para convertirlos en herramientas gráficas. No existían los errores, ya que una mancha fuera de lugar te abría a nuevas posibilidades si usabas la imaginación. Por lo demás, las horas frente a la televisión eran limitadas y solía decirme que solo los tontos se aburren. Entonces, ¿qué hacía? Por supuesto que jugaba, pero también leía, tejía, hacía papel maché, escribía, pintaba y dibujaba.
¿De qué manera ha afectado la pandemia tu vida normal y tu trabajo?
Hasta entonces, había considerado que la libertad de salir de mi casa cuando quiera era un derecho y nunca creí que me vería privada de él. Más allá del cambio en las dinámicas cotidianas producto del encierro y restricciones a las que me adapté en su momento sin cuestionarlo, creo que fue un remezón muy grande y ahora que estamos retomando algo más parecido a lo que llamaba normalidad, puedo a veces sentir tristeza por todo lo no vivido durante ese tiempo. Por los abrazos no dados. Hay como un duelo ahí. Pero recién ahora, estoy analizando los alcances en mi vida de esa pausa obligada, cargada de incertidumbre.
Describe cómo han sido tus días durante la pandemia. ¿Pintas? ¿Dibujas? ¿Te comunicas con otros artistas gráficos?
Durante los días de pandemia, me volqué en un 100% en labores administrativas y de gestión. No solo soy ilustradora, también dedico mucho tiempo a generarme los espacios para poder vivir de lo que me gusta hacer, lo que me convirtió en emprendedora y a crear “Arte Chiloé, el arte sí se toca”, en el año 2013. Hace mucho tiempo que quería tener una página web y en diciembre del 2019, antes de la pandemia, ya había contactado a una agencia para concretar este anhelo. No obstante, por falta de tiempo, no había avanzado mucho y los días de cuarentena me sirvieron para eso. En ese momento todas las microempresas y pymes lidiaban con el adaptarse a una nueva realidad en la que la presencialidad fue sustituida por la virtualidad, y me enfrenté a lo mismo, pero ya tenía algo avanzado. Ya sabía qué hacer, solamente me faltaba hacerlo.
¿Crees que cambiará algo el ambiente y el desarrollo de la actividad artística en Chiloé cuando volvamos a la normalidad?
El arte es siempre un testimonio de la sociedad y creo que será el tiempo el que nos permita evaluar las características del arte nacido en pandemia y post pandemia. Sí, me atrevo a afirmar que, a corto plazo, ha sido evidente que la normalidad hoy incluye el reconocer el alcance y la potencia de la presencia virtual. Esta crisis nos enseñó el poder de las redes sociales, el límite entre lo privado y lo público se desdibujó, la necesidad de conectarse con otros creció, y fue a través de plataformas digitales. Los artistas muestran su trabajo ahora sin necesidad de intermediarios. En ese sentido, podría decir que gracias a la pandemia, se abrió otro canal de difusión para los artistas. Ya se venía haciendo, pero durante las cuarentenas se consolidó. Somos muchos los chilotes repartidos por el país, y hoy uno puede, por ejemplo, ver una transmisión en vivo de un grupo folclórico en la isla, desde cualquier parte del mundo y eso es muy potente.
¿Cuáles son tus artistas favoritos (dibujo, pintura, etc.?). ¿Por qué?
Son demasiados, pero me limitaré a dos muy distintos. El primero es Marc Chagall, había muchos libros de arte en mi casa que veía cuando niña y las obras de él me cautivaban y conmovían especialmente, no se parecía a nada que hubiera visto antes.
De adulta, he sentido fascinación por la obra de Tim Knowles, en especial por su trabajo de árboles que dibujan. En corto, amarra lápices en los extremos de las ramas de un sauce llorón y coloca un soporte que registra la acción del viento sobre el árbol, pero también su inacción. Para mí, la verdadera obra de arte, es la decisión del artista de inmortalizar este encuentro de elementos, más que el resultado gráfico en sí. Me parece algo muy poético.
El Arte en Tiempo de Pandemia: Dr. Carlos Trujillo