EPITAFIO DE UN SOÑADOR – Tempilcawe, balsero de las almas

Desde tiempos ya inmemoriales,
la mítica y singular cultura insular,
forjó en la mente de los chilotes
la sin par imagen del Tempilcawe,
el balsero de las almas difuntas,
encargado de su traslado al Más Allá,
con respeto, eficacia y eficiencia
sin quedar duda alguna por su cometido.
Existió un singular chilote mentado “SOÑADOR”,
fue amante de la Cultura local y las Letras,
un soñador que con sus sueños ensoñó
a sus relaciones cercanas y conocidos
de este mundo terrenal insular, con acierto.
Hasta aquí (río Cucao) llegaron las cenizas
de su alma difunta para ser transportadas
al imperecedero reino del Gran Hacedor,
por la barca del gentil Tempilcawe
hacia la eterna grandísima Eternidad,
impensada por mente humana alguna.
“INICIA “SOÑADOR”, DESDE LA BARANDA DEL PUENTE
DE ESTE CORTO Y BELLO RÍO QUE DESAGUA
LAS PRÍSTINAS AGUAS LACUSTRES MARAVILLOSAS,
SU VIAJE NAVEGANDO Y ADMIRANDO LA INMENSIDAD
SOBRE LAS MAJESTUOSAS OLAS OCEÁNICAS
QUE LLEVA SU ALMA SOÑADORA AL DISFRUTE ETERNO
EN LA MAYOR GLORIA DEL SEÑOR ALTÍSIMO”.
Y así, hubo de documentarse y difundir
este sublime deseo para su cumplimiento
a petición del dilecto solicitante,
sin dilación alguna tras su partida
llegada la decisiva y certera hora final.
¡Que sinceramente, habrá agradecido!



Embajador Cultural: Miguel Jiménez C.