PERSONAJES ENJUNDIOSOS: Eliana Talavera Becerra – Notable profesora de Francés del Liceo de Castro.
-Bonjour, mes chers élèves!… – Bonjour, Mademoiselle!… Respondíamos de pie al unísono… – Asseyez vous, s’il vous plaît!… Contestaba presta doña Eliana entrando a la sala y caminando hacia la mesa con el libro de clases en las manos; lo hacía con aquel garbo que le era muy propio. Comenzaba así la clase y proseguía regularmente dictada en francés (cursos de segundo ciclo). Al pasar la lista de asistencia -curiosamente- gustaba hacer las menciones por nuestros segundos nombres; el mío es Guillaume… y había que estar atento.
En nuestro último curso con doña Eliana tuve el privilegio de ser elegido en cada clase (por mi letra) para copiar los dictados temáticos correspondientes en el pizarrón; este hecho circunstancial me favoreció para ejercitar el oído, muy útil para más adelante.
La singular niña que fue doña Eliana -sin aún soñar siquiera que con el pasar del tiempo se convertía en una flamante profesora de francés- creció en el icónico barrio El Almendral de la ciudad-puerto de Valparaíso. Hija de padres provenientes de familias residentes de raigambre hispana. Cursó sus estudios primarios, secundarios y universitarios en su ciudad natal. Obtiene el título de profesora de Estado con mención en Francés. Frutos de la unión con su colega don Juan Tabilo Campos, profesor de Estado con mención en Historia y Geografía, nacen: Gonzalo y Eduardo, que crecen y se forman en la ciudad de Temuco.
La profesora Talavera llega a Castro soltera a mediados de los años 50 y se hospeda en la residencia de don Fructuoso Loaiza Muñoz, “don Cocho”, en la mitad de la subida de calle Blanco, en donde vivió hasta su casamiento con el profesor Juan Tabilo, a quien conoció durante su permanencia en la ciudad.
Las clases que impartía la profesora Talavera las pudiésemos considerar originales, no sólo aprendíamos en teoría sino que practicábamos en forma entretenida y eficiente. A mí en lo personal me sirvieron, puesto que me motivaron para más tarde rendir el “Bachillerato” en francés y con posterioridad, enriquecer lo aprendido con las amistades del ámbito diplomático francés que he mantenido, gracias a la promoción de la cultura chilota efectuada en la capital.
Tras el devastador terremoto del 22 de mayo de 1960, doña Eliana deja Castro junto con su esposo. Se trasladan a Temuco, capital de La Araucanía, para continuar la meritoria labor docente en dicha ciudad, hasta su jubilación.
El 7 de diciembre de 2007 tuve la gratísima sorpresa de coincidir en Temuco con doña Eliana y don Juan en la presentación de nuestro libro: “Pincoya, princesa de los mares de Chiloé”, obra realizada en forma conjunta con mi amiga y pintora Marcy Lanfranco Orlandini, quien con sus bellos dibujos en color la ilustró. Fueron invitados por la Facultad de Educación de la sede Temuco de la Universidad Mayor, que nos patrocinaba. Ver de nuevo a mis recordados profesores del liceo castreño y saludarlos en el Aula Magna de la sede universitaria resultó emocionante y gratificante. Acepté con el mayor gusto hacerles una visita en su residencia y con posterioridad, en una de mis pasadas veraniegas por Temuco, fui recibido nuevamente en su casa. Hubo amenas conversaciones en torno a una taza de café, rememorando las vivencias del liceo de Castro, colmadas de añoranzas.
Doña Eliana fallece en su morada en Temuco tan sólo unos tres años atrás, en compañía de sus hijos tras una penosa enfermedad sin que pudiera volver a comunicarme con ella. Su esposo había fallecido antes.
Hoy, los que fuimos sus alumnos la recordamos con especial cariño, por su excelente desempeño docente y cercanía con sus alumnos. En aquellos tiempos, ¡había mutuo respeto y aprecio!!!… y se hacía evidente.
Embajador Cultural: Miguel Jiménez C.