PERSONAJES ENJUNDIOSOS: Raquel Di Nocera Rivas – Enfermera Jefe del Hospital de Castro
Una bellísima dama con gran calidad humana y de excelencia profesional -enfermera universitaria- fue doña Raquel Di Nocera, quién se desempeñó durante toda su vida laboral en el Hospital de Castro, entre las décadas de los ’50 y los ’70.
Doña Raquel nace en la ciudad de Valdivia en diciembre de 1919. Hija de don Vicente Di Nocera Marino y de doña Manuela Rivas Rivas, residentes en esos años en Valdivia y los que más tarde fijan residencia en la ciudad de Ancud (Chiloé); allí, la pequeña Raquel crece y solaza entre sus hermanos, además de empaparse de la cultura vernácula insular. Realiza sus estudios primarios en la nueva ciudad que la acoge, para continuar sus estudios secundarios en el Liceo de Ancud, hoy denominado “Domingo Espiñeira Riesco”. Se traslada con posterioridad a Santiago para ingresar a la Escuela de Enfermería de la Universidad de Chile, obteniendo el título de Enfermera Universitaria. Con el pasar de los años doña Raquel conoce y se casa en Ancud con don Fernando Trautmann Vergara, descendiente de conocidas familias alemanas establecidas en las verdes campiñas del sector norte de Chiloé. Luego, la joven pareja se instala en Castro en donde doña Raquel pone en práctica su vocación de servicio. Fruto del matrimonio nacen Fernando Herminio (1952), casado con Leda Psijas Mantilla, quién le entrega dos nietos: Fernando y Leda; luego, llega Sandra Raquel (1954), casada con Ítalo Dezerega Osorio, quién le entrega dos nietas: Pierángela y Caterina. Pero, no todo fue miel sobre hojuelas en la vida de esta profesional de la salud, en 1957 enviuda con tan sólo 38 años de edad y debe asumir con entereza la jefatura del hogar con dos niños que criar y educar.
Doña Raquel se desempeñó laboralmente en tiempos difíciles para el Hospital de Castro -tanto para sus funcionarios como para la comunidad citadina- en los aciagos años tras el gran sismo del 22 de mayo de 1960 (9.5° Richter). El hospital -por efectos del sismo- debió ser trasladado e instalado de emergencia en dependencias del hoy denominado Liceo Politécnico de Castro -en calle Freire- dado los daños irreparables experimentados por el recinto hospitalario, ya vetusto, precario y venido a menos por esos años.
Doña Raquel ejecutó en paralelo a las tareas propias del trabajo de enfermería una vasta labor docente impartiendo cursos de formación de Auxiliares de Enfermería; carentes éstos y tan necesarios para la eficiente atención intrahospitalaria de los pacientes.
Doña Raquel dado su carácter afable, servicial y su gran calidad profesional no sólo tuvo el reconocimiento de sus pares, sino que supo ganarse el cariño de la comunidad. Trabajó hasta su jubilación como Enfermera Jefe en el Hospital de Castro, muchas veces a la par del connotado Dr. René Tapia Salgado, que ocupó el cargo de director del hospital más de una vez, en esos tiempos.
Doña Raquel luego de su retiro del servicio activo en el área de la salud se traslada a Santiago para vivir con su hija Sandra, en su residencia de Ñuñoa. Fallece en la capital el 11 de mayo de 2009, a los 89 años.
Vale recordar y mantener viva en nuestras memorias la esforzada labor que cumplen los trabajadores de la salud -profesionales y administrativos- en pro de la contribución del mantenimiento -lo más humanamente posible- del pleno bienestar de los integrantes de la comunidad local a quienes les brindan esmerada atención.
Un merecido fuerte aplauso simbólico para los profesionales de la salud, en especial para recordar -hoy- a quien fuera doña Raquel Di Nocera, una abnegada enfermera que hizo evidente su vocación de servicio a los otros. Muchos castreños de antigua data aún la recuerdan con cariño.
Embajador Cultural: Miguel Jiménez C.