Línea Nigra. Exploración por canales incógnitos

Puede parecer autorreferente, pero leer este libro de Jazmina Barrera me hizo retroceder más de treinta años hasta mi propia experiencia de preñez; después de todo, de eso se trata la lectura también, de un diálogo a veces afortunado como éste. En 1986 me embaracé de mi primera guagua y viví el proceso de cambios, preguntas, miedos, expectación, exaltación, incertidumbre como describe Barrera en su libro con la diferencia de que no pude escribir durante ni inmediatamente después (tuve tres embarazos en tres años) y creía que no escribiría más. Sentía que la misión absorbería todo mi tiempo y energía. Pero escribí. Y publiqué Hijos en 1991 donde está diseñado un viaje por las pequeñas localidades del archipiélago de Chiloé en espejo al viaje que hace el cigoto armando su pequeña vida en el interior de la madre. ¿Por qué cuento todo esto? Porque me sentí remecida por Línea Nigra; a bastante distancia temporal, estética, epocal me encontré con una mujer explorando un mar desconocido recalando en algunos islotes – no diré de sentido – que asoman como asidero, algo de tierra firme. Esta navegante sin brújula a la mano ni timón, sin ninguna certeza; es capaz de internarse sin dejar de desmenuzar la experiencia con una disposición entre curiosa y atemorizada, pero siempre llena de ternura.
El libro va hilando una serie de fragmentos, descripciones de estados de ánimo, breves imágenes de los días mientras el cuerpo va sufriendo mutaciones. La voz ya madre aunque falte para el alumbramiento, va armando un texto, un organismo de palabras que vendría siendo su propia moórula, masa de células donde bullen su propio origen, los testimonios de otras mujeres, libros que rozan el tema o que, de alguna manera, van acompañando el tanteo por un territorio inestable. La madre y su madre parecen la fuente mayor de sentido. El padre de la criatura está allí, presente, pero oblicuo con la incomodidad propia de quien entiende y siente, pero no puede entrar de lleno a lo que vive la madre en ese proceso de ser / dividirse / descubrirse intensamente unida a otro.
Se trata de un libro donde el tema de la maternidad no se asume con supuestos ni panegíricos; de alguna manera parece que la autora va pasando la yema de los dedos por un tema complejo y se expone a las espinas tanto como a los momentos suaves, plenos. Es el amor que la va llenando lo que la hace declarar que nunca había estado tan de acuerdo con el aborto como en su estado de gestación.
Afuera sigue sucediendo el mundo. A veces se azota, mientras ella sigue ensimismada en el recorrido, pero no ajena a los devenires, sino absorta en una situación que no la dice solo a ella sino a tantas mujeres que han pasado por lo mismo.
Lo que se cuenta es la historia de un cuerpo sosteniendo un proceso / ejercicio de creación total, dando /acompañando la formación de otro ser humano con posibilidades abiertas. Hay conciencia de la biología, de la naturaleza extrañada, de la historia, de lo que ha sido este tema en el espacio público y desde dónde se ha contado antes.
Línea nigra —del latín, literalmente línea negra— es una línea oscura vertical que aparece en el abdomen alrededor del segundo trimestre de embarazo. Uno de los rastros, como el oscurecimiento de los pezones, que son visibles y misteriosos, como boyas en este mar intenso. Emoción aparte es encontrarse con los nombres propios de Silvestre y Alejandro, uno acompaña y celebra tanto espacio Ganado por las mujeres para contar y contarse la historia a su aire, con total disposición a la aventura de decir sin reglas o géneros.
Línea Nigra
Jazmina Barrera
Ediciones Pepitas de Calabaza, 2019
Jazmina Barrera, 1988 Ciudad de México (México)
Fue becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas en el área de ensayo y actualmente lo es del programa de Jóvenes Creadores del Fonca. Su libro de ensayos Cuerpo extraño / Foreign Body ganó el premio Latin American Voices 2013 y se publicó ese mismo año en la editorial Literal Publishing. Ha publicado en revistas como Este País, Vice Colombia, Malpensante, Letras libres y Tierra Adentro. Estudió la maestría en Escritura Creativa en Español en NYU con el apoyo de la beca Fullbright. Es editora y socia fundadora de Ediciones Antílope.

El Guardián del Mito: Rosabetty Muñoz