ARTE EN PANDEMIAFOGÓN CULTURAL

Ignacio Chiguay Vera – Iñaki Artista experimental, poeta y ajedrecista chonchino.

Textos de Carlos Trujillo.

Describe brevemente lo que es y ha sido tu trabajo como poeta y gestor cultural.

Mi trabajo en los distintos soportes artísticos que he experimentado (performance, poesía, videoarte, teatro, instalaciones) lo he formado de manera autodidacta, a la buena (o a la mala) de Dios, como dicen. Cultivo mi obra a partir de las experiencias de la infancia en Chonchi, del barrio, en la pobla Bahía Yal, de la vida cotidiana, las vecinas, de la familia, de las amistades, de la sociedad y sus violencias, del relato oral y la herencia de nuestras ancestras; de los tantos saberes, en la visión de mundo, en las personas, en los encuentros, en los campos, en las fábricas, en la naturaleza, en las calles, en las casas, en las noches, en los bares, en los vaivenes de la vida, en la lucha por sobremorir.

Desde el 2014 he participado en distintas instancias, encuentros y con colectividades artísticas de performance, teatro, videoarte y literatura en Chiloé y la buta Willimapu. Inicialmente participé en performance e instalaciones urbanas junto a Rocío Cheuque y Mar Lazcano con la Colectiva Locas de Patio Chilwe (2014); teatro callejero con Colectivo Tempilcahue (2015) dirección de Alex Córdova y Andrea Teiguel; Taller de poesía y literatura La Pata Coja (2018) dirigido por el poeta Carlos Trujillo; Artistas de videoarte y performance de la willimapu en contexto pandemia Colectivo Confina.miento (2020); y con la Colectiva de artes integradas Marea Negra Chilwe junto a Patricia Águila, Consuelo Marina, Rubén Canobra y Pau Chakana, con quienes desde el 2019 comenzamos a gestionar distintas peñas, eventos y tertulias poéticas, en las que con apañe de familia, amigxs, distintas personas, colegas artistas, bandas, poetas, y redes de apoyo cultural que se han construido entre pares y amistades, pudimos financiar y realizar dos festivales y encuentros autogestionados levantados a puro ñeke: la primera Feria del Libro y la Literatura Independiente Chilwe 2019 y el primer Festival de Cine y Performance Chilwe 2020 con destacados representantes nacionales como el poeta Leonel Lienlaf, el cineasta Wincy Oyarce, la actriz y performera Irina La Loca y el escritor y performero ex Yegua del Apocalipsis Francisco Casas, por nombrar algunos junto a una quincena de invitades locales y de distintas territorialidades.

Cuenta cómo te iniciaste en la escritura y en la organización de actividades culturales. ¿Cuándo y cómo empezaron a interesarte?

Fue en el 2014 después de una crisis existencial (que, para qué detallar), me llevó a decidir dejar mi rol de estudiante universitario de Ingeniería Civil que llevaba en Valdivia para volver a Chiloé (como muchxs compas que tienen que dejar su tierra y han pasado por lo mismo). Cuando volví a Castro específicamente, a los meses de llegar fueron de una soledad necesaria para conectarme con el territorio y con lo que soy, Inche, enfrentarse en la soledad para ser. Y desde ahí fue un descubrir en la experimentación de las posibilidades del ser para expresarme. El arte y la poesía fue el medio para encontrar y canalizar. Comencé con performance ritual y a escribir aquellas experiencias en cuadernos y libretas para vomitar en prosa todo aquello que no había podido digerir en la falacia de vida que nos venden… ‘’Vomitiva y bulímica miseria de un rebaño sencillo -de esfuerzo- susurra la vecina…’’

La escritura fue un proceso de ensayo y error, en la que en estos últimos 6 años, he tenido la posibilidad de ver, escuchar, compartir y desarrollar mi trabajo poético con distintxs escritorxs que he conocido en este río. Poetas como Olga Cárdenas, Nelson Torres, Patricia Águila han sido referentes e influencias locales en lo escritural. También destaco que gracias a la invitación del poeta Carlos Trujillo en el taller que realizaba en el centro cultural en 2018 y 2019 me permitió adentrarme más en profundidad al mundo de la palabra, además de conocer el trabajo de poetas locales con quienes compartíamos y criticábamos nuestras escrituras, muchas veces con ese miedo al qué dirán, pero siempre con el respeto que merece el oficio del poeta en constante formación. Pero sin duda fue en la enseñanza media que cambió mi mirada frente a la literatura, la que sembró la semilla de la escritura en mí fue Lemebel… la Pedra abrió mi corazón, ‘’recogió mi ala rota, y sin miedo torera, la sanó para que emprendiera vuelo, cual ave ciega en busca de una luna que no conocía más que la oscuridad de su cuna’’

En las actividades culturales y sociales todo comenzó en el 2014 cuando me invitaron a ser parte de la Colectiva Locas de Patio Chilwe, colectiva de performance, intervenciones urbanas y activismo territorial con las ñañas Mar Lazcano y Rocío Cheuque cuando estudiábamos en Valdivia. La propuesta de trabajar en colectividad comenzó a dar espacio y encuentro con otras colectividades culturales, grupos, organizaciones varias que se va conociendo en las distintas instancias sociales, políticas, también los carretes (¿por qué no?), las juntas, los encuentros de la vida, y que uno va aprendiendo, con lxs que quedan y lxs que van, lxs que vuelven, y al ver la red tejiéndose vas descubriendo que entendiéndonos y en confianza, mirándonos a los ojos, abriéndose a escuchar, vamos todxs contra un mismo enemigo, defendiendo lo que nos pertenece, recuperando lo que nos han quitado, dejar el individualismo para hacer resistencia en comunidad, sin purismos, ni idealismos, es necesario activarnxs desde las distintas trincheras para crear y transformar la sociedad que queremos. Todas las trincheras, todos los frentes son necesarios.

¿De qué manera ha afectado la pandemia tu vida normal y tu trabajo cultural?

Sinceramente, no ha afectado lo suficiente como para no continuar creando y trabajando, tanto individual como en colectividad. Como personas, como gente, como poetas o artistas en resistencia, debemos en distintos contextos reinventar nuestro trabajo y nuestro hacer, tanto como para sobrevivir, comer, pagar arriendo, debemos continuar cuestionando las hegemonías sociales y políticas, como también las de cada unx. En la calle y sin permiso, develando las distintas capas que disfrazan ‘’lo normal’’, en la calle y sin permiso (me repito), gritando las injusticias que atraviesan los territorios y las cuerpas en resistencia. La normalidad no ha existido. No ha existido cuando por décadas destruyeron los bosques y el mar. No ha existido cuando están militarizando y asesinando en las comunidades mapuche. No ha existido cuando siguen matando a las mujeres por ser mujeres. No ha existido normalidad cuando siguen matando a las travestis, a las disidencias, a lxs niñxs en el sename, no hay normalidad cuando hay más de dos mil presxs políticos y decenas de asesinados por la policía de la dictocracia de Piñera y de la oligarquía $hilena. No hay ni hubo normalidad cuando la injusticia la disfrazan de circo televisivo y mediático… ‘’El pobre pague su sentencia desde su esquina designada para que nos cuente su televisiva desgracia. Chile ama el Blanco Divino, pero no hay cloro que tiña la Piel. Ni los ojos. Tus ojos son la vitrina de un flujo de precios. Chupando como lapa la teta del Capital Asesino’’.

Describe cómo son tus días en este tiempo de coronavirus. ¿Escribes, no escribes? ¿Lees, qué lees, qué otras actividades haces?

Han sido días de afiatarse, fortalecer lazos con la gente que uno quiere, la familia, las amigas, los amigos, les amigues. Actualmente, vivo en Chonchi donde estoy habilitando un espacio llamado Kasa Kaleu (Transformar), un lugar que pretendo se transforme en un espacio en el que se hagan encuentros culturales, talleres, exposiciones de artistas locales y de otros territorios. Desde acá estoy trabajando con calma y al paso desde el 2018 en mi primer libro que lleva por nombre Aleteo de un gallinazo desplumado que a medio hervir en la copa de un tepa chirrea el kimün de volar, por lo que he dedicado estos meses a revisar, reescribir, e incorporar textos que van mutando, muriendo y naciendo hasta que sea, espero que  este año. Trabajo también desde el 2015 en talleres de ajedrez en Chonchi, comuna donde también estudié la enseñanza básica en el Liceo Manuel Jesús Andrade Bórquez.

Últimamente no he leído mucha literatura. He estado enfocado en armar distintos proyectos para trabajar durante el año. Hace poco en la Plaza de Castro en un ciclo de performances colectivas en contexto del encuentro de arte subversivo en la calle Kallersiva, hicimos una instalación con una estufa leña en la que en conjunto con la poeta y performera sureña Esther Margaritas y la actriz y performera La Mala Drag, realizamos la acción performance llamada Kaleu Che: La Condená, que consistía en un acto ritual, donde realicé la quema de mi ropa de civil (dijera la otra), en la estufa leña encendida para dar nacimiento a la Condená, travesti que pronto andará revoloteando por las calles de Castro. Performance en homenaje y memoria a las colas, maricas, travestis, trans, lesbianas marginadas y ocultas en una sociedad tremendamente machista como lo es la de Chiloé.

REMINISCENCIAS DE LEVANTAMIENTO

La última cena ya no será de salmón.

Ni de Ostión. Ni de almejas baby.

Ni abrirán los palafitos Hostel

Donde aburguesar y comprar una cultura.

KAY KAY

No sabe de esta cosa

Abrirá su boca

Y cobrará tarde o temprano

El beso de TEN TEN. Sublimación.

El Arte en Tiempo de Pandemia: Dr. Carlos Trujillo

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