
Describe brevemente lo que es y ha sido tu trabajo como poeta.
La poesía ha sido siempre un oficio necesario para los pueblos. A pesar de haber publicado muy poco siento que ya he dicho todo lo que tenía que decir, pero es complejo abandonar el sentir y el escribir.
Desde mis comienzos en la poesía, busqué en la historia de Chiloé para traducirla en versos cortos con palabras fáciles, reconociéndome como parte de un pueblo para el cual escribo. Mi poesía es sencilla para gente sencilla como yo.
Cuenta cómo te iniciaste en la escritura. ¿Cuándo y cómo empezó a gustarte?
Desde mi infancia compartía con mis hermanas y hermanos lecturas incentivadas por nuestro gran Clodomiro, abuelo y compañero de mi niñez. Él nos contaba cuentos larguísimos y en aquellos cuentos había mundos desconocidos, con personajes fantásticos que me llevaron a leer muchísimo tratando de encontrar en la página de cualquier libro un puente que me llevara a esa narración oral tan perfecta, tan llena de aromas y colores. Siempre he creído que fue en esta etapa de mi vida que nació mi interés por escribir.
Por otro lado, en la Escuela Nº 3 de mi pueblo, siempre estuvieron presentes la poesía, los relatos y los cuentos como parte obligatoria de la educación. Fue ahí donde escribí mi primer, poema por equivocación, porque la profesora había ordenado escribir un relato sobre la Antártica y yo lo escribí en verso y al revisarlo me dijo: “esto no es un relato, esto es un poema” y lo llevó al diario mural de la semana.
Años más tarde, llegué al Taller Aumen que funcionaba en la casa del profesor Trujillo en la calle O’Higgins, en Castro. El ambiente siempre era familiar y agradable, lo que hacía que esperara con gran interés los martes y jueves (días de talleres). El aprendizaje colectivo me incentivó a interesarme realmente en la poesía y esa fue la época en donde más escribí. De hecho, muchos de los poemas que aparecen en mi libro Heredera de la Lluvia fueron escritos en esos años.
¿De qué manera ha afectado la pandemia tu vida normal y tu trabajo creativo?
Mi vida antes de la pandemia tenía una rutina bastante dinámica en el ámbito social y laboral. Yo soy una trabajadora independiente, de modo que no tengo un sueldo fijo que me sustente. Mi trabajo artesanal haciendo mermeladas, licores, pasta de ajos, jugos naturales y cervezas, dejaron de requerirse de un día para otro, por lo tanto, mi vida se transformó y he tenido que reinventarme casi todos los días. Entonces, la solidaridad se ha vuelto una carta necesaria para nuestra familia; la solidaridad de amigos y amigas y vecinos y la familia que siempre está.
En lo que se refiere al trabajo creativo, se puede decir que la pandemia ha profundizado y ha dejado en evidencia nuestras vulnerabilidades, donde el arte y la creación, en general, nunca han sido considerados por el sistema capitalista y sus gobiernos neoliberales.
Como poeta vivo la precariedad de este sistema en todos sus aspectos.
De igual manera, se debe reconocer la gran labor que tiene la creatividad de los pueblos para renacer.
Describe cómo son tus días en este tiempo de coronavirus. ¿Escribes, no escribes? ¿Lees, qué lees, a qué hora?
En estos, los tiempos del coronavirus, ya casi un año entero, mis días transcurren en el patio amplio detrás de mi casa donde hay un huerto. He podido contemplar la floración de los árboles, observar detenidamente el crecimiento de las lechugas, los repollos. Un virus por el cual hemos experimentado y han quedado al descubierto las enormes diferencias sociales que existen en este país, como por ejemplo las cuarentenas forzadas para una parte de la población. Mientras, por un lado, las industrias y el extractivismo no saben de encierro, el pueblo paga con su hambre, y así pasamos a fase 2, a fase 1, mientras los turistas pueden pasear por nuestros territorios y gozar del hermoso paisaje de Chiloé, de su vegetación y su fauna, pero sin las chilotas y los chilotes que somos parte de este paisaje, hoy mucho más fragmentado que antes.
¿Crees que cambiará algo el ambiente y el desarrollo de la actividad literaria en Chiloé y el sur de Chile cuando volvamos a la normalidad? ¿De qué manera?
“La normalidad” en el desarrollo de las actividades literarias, ya sea a nivel local o nacional, es una normalidad competitiva que se ha impregnado en las creaciones para el fomento de la individualidad acompañadas de políticas comunales que se basan en eventos comerciales de las identidades más que en fomentar la cultura en sí. Mientras sigamos comprendiendo esto como “normalidad”, se seguirá con el odioso virus del individualismo y la competencia.
Yo apuesto a construir desde la literatura y todas las expresiones artísticas y resistencias culturales que puedan fortalecer el avance de los pueblos, a la construcción del pensamiento propio, al reconocimiento de la diversidad y a la creación como elemento fundamental para que podamos construir una sociedad donde quepamos todas y todos.
¿Qué lecturas/autores has retomado? ¿Qué aconsejarías leer en estos días?
Es importante leer y releer a los autores y las autoras locales, empaparnos de nuestra historia ya que desde ahí podemos avanzar hacia el futuro.
Elige un poema tuyo.
EL RETORNO DE LAS GOLONDRINAS
Mi padre dice que las golondrinas piensan
que hablan
que viajan porque sus mentes necesitan
la distracción de otros soles.
¿En cuántos lugares del mundo
tendrán casas-me pregunta-
de qué hablarán mientras
vuelan miles de kilómetros?
¿Dónde se quedan a dormir mientras viajan?
Mi padre dice que las golondrinas hablan,
que traen noticias de otros mundos.
Digo- aún no he logrado entender a los humanos- padre
mi mente es demasiado torpe
para descifrar la filosofía de las aves.
El Arte en Tiempo de Pandemia: Dr. Carlos Trujillo