“Arco de Interrogaciones” o la conciencia de la pertenencia cultural y territorial
Textos de Rosabetty Muñoz.
Por Hans Schuster
Escritor y coordinador del Área de Gestión de las Culturas y el Patrimonio, DVM- UCS
La literatura como expresión cultural indígena, se ha venido posicionando fuertemente en las últimas dos décadas, Arco de Interrogaciones de Bernardo Colipán (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2005, 116 páginas) es una de esas expresiones culturales contemporáneas que dan cuenta de la riqueza y vigencia de un oficio, cuyo manejo y productividad, a pesar de las dificultades editoriales, nos permite ver la poderosa vinculación con la base social originaria y el aporte significativo al compartir bagajes y conocimientos culturales con guiños a diversos autores (Huenún, Chihuailaf, Leilaf, entre otros) y homenajes a poetas universales como Li Po y Cavafis.
Arco de Interrogaciones es uno de esos textos que dan cuenta de lo ceremonial, de la rogativa y danza en el nguillatún, y al inicio el autor nos señala: “El arco de interrogaciones es un lugar señalado por un colihue, tensado como un arco en la rogativa huilliche. El nguillantuwe, o terreno sagrado, está cercado por un círculo que divide un espacio interior de uno exterior” (pp.9)
El poemario se inicia con invocaciones en mapuzungun y luego los textos vienen en castellano, algunos con nombres y lugares (pp.16) o modo de crónica policial (pp 37) aunque en su mayoría textos poéticos –más de cincuenta- que operan como cuerdas que atan la memoria con silencios, al modo de respiro ante el soplar de pifilkas cuyo aire trae esas semillas de reflexiones y dolores que cabalgan entre recuerdos, con olor a aserraderos, a cestería en pilpil, en nocha, en fibras vegetales torcidas al aliento de las lluvias como mantas mojadas por lágrimas del tiempo, que se detienen y fraguan en los poemas.
Los textos traen ese conocimiento del ser lo que se es en plena ceremonia recolectora de palabras, en el bosque del recuerdo, con esa cruz judeo cristiana colonizadora y al mismo tiempo puesta en tela de juicio, como barbas de palo colgando entre los árboles, o al brillo de telas de araña del amanecer, con su gotas de rocío luminosas,a modo de lágrimas de lo natural que hacen de lo humano un claro encuentro con los espíritus de la selva en lluvias que recorren las laderas del recuerdo, entre las distintas familias y la eternidad de los abrazos.
Bernardo Colipán poeta mapuche-huilliche, quien anteriormente había publicado, Zonas de Emergencia. Antología crítica de Poesía Joven del Sur de Chile, junto a Jorge Velásquez, (Ediciones Paginadura, Valdivia, 1994), Pulotre: Testimonios de vida de una comunidad huilliche 1900 – 1950 (Editorial Universidad de Santiago, Santiago, 1999), y sus numerosas apariciones en antologías, algunas de ellas traducidas al mapuzungún, catalán e inglés.
APARICIÓN DE LIKAN AMARU
No hay un viento, hijo, tan alado
Ni tan orgulloso como tu vuelo
Likán.
El sol fue tu única semilla.
Tu primera palabra fue
ábreme
vengo del vacío
dame tu escritura.
¿Dónde estabas antes que vinieras?
¿Acaso es tu sombra anterior a ti?
Tú y yo somos dos raíces
dormidas en un bosque milenario.
Yo estoy en ti.
Por eso te busco en el aire.
En la pureza
del sol atrapado en tu cristal.
(pp.79)
El libro se cierra con una Postdata de NainNómez: “A primera vista, Arco de Interrogaciones comprende una serie de poemas de diversa factura, con diferentes secciones, formas de escritura, orígenes y contenidos. Hay textos cortos y largos, testimoniales o falsamente testimoniales e imaginarios, en primera, segunda o tercera persona, apostróficos, íntimos, de representación épica o conversacionales” (pp.115)
Diez arcos como secciones forman parte del poemario y en cada uno de ellos está presente la capacidad de soñar acurrando la memoria, de allí que sus textos sean vitales, no sólo para comprender espacios culturales que le son propios, sino para acercarnos a lo humano de los tiempos, en donde la escritura en la voz de Bernardo Colipán nos acompaña como el humo que tose en el fogón de la palabra.
El Guardián del Mito: Rosabetty Muñoz